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La carta que hoy os traigo, me ha conmovido. Y creo que por la simple fuerza de la razón, es de humanidad que se conozca y propague. No puede haber una insensibilidad tan grande en este mundo, que niegue la vida, de esa manera tan burda y cruel como estas leyes injustas pretenden hacerlo.
El documento está publicado en el último número de la revista “Mundo cristiano” de Ediciones Palabra, aparece en la sección “cartas al director”, y la firma Cristina Mata Román de Burgos.
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“Nunca pensé que mi hermano Juan pudiera no ser, humano.
Cuando nació, mucho antes de lo previsto, todos estábamos allí. Mi madre lo tenía en sus manos. Apenas medía unos centímetros, pero estaba completamente formado, sólo le faltaba crecer. Podíamos ver hasta los nudillos de sus diminutas manos, las cejas, sus pequeños brazos que agitaba con fuerza en ese pulso que le echó a la vida y no pudo ganar.
Fueron minutos, que a mis nueve años me parecieron horas y en los que mi padre nos iba explicando que Juan estaba luchando por vivir, pero que fuera de mi madre aún era demasiado pequeño para poder hacerlo solo; igual que un niño de tres años es demasiado pequeño para vivir sin sus padres. Mi padre es médico y sabia muy bien que un feto de trece semanas no puede vivir fuera de su madre.
La carta que hoy os traigo, me ha conmovido. Y creo que por la simple fuerza de la razón, es de humanidad que se conozca y propague. No puede haber una insensibilidad tan grande en este mundo, que niegue la vida, de esa manera tan burda y cruel como estas leyes injustas pretenden hacerlo.
El documento está publicado en el último número de la revista “Mundo cristiano” de Ediciones Palabra, aparece en la sección “cartas al director”, y la firma Cristina Mata Román de Burgos.
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“Nunca pensé que mi hermano Juan pudiera no ser, humano.
Cuando nació, mucho antes de lo previsto, todos estábamos allí. Mi madre lo tenía en sus manos. Apenas medía unos centímetros, pero estaba completamente formado, sólo le faltaba crecer. Podíamos ver hasta los nudillos de sus diminutas manos, las cejas, sus pequeños brazos que agitaba con fuerza en ese pulso que le echó a la vida y no pudo ganar.
Fueron minutos, que a mis nueve años me parecieron horas y en los que mi padre nos iba explicando que Juan estaba luchando por vivir, pero que fuera de mi madre aún era demasiado pequeño para poder hacerlo solo; igual que un niño de tres años es demasiado pequeño para vivir sin sus padres. Mi padre es médico y sabia muy bien que un feto de trece semanas no puede vivir fuera de su madre.
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Ese era mi hermano Juan aquel 31 de marzo. Hubiéramos hecho cualquier cosa para salvar aquella pequeña criatura indefensa que pedía ayuda sin palabras en un pataleo angustiado. A mi madre, en esos momentos, con su hijo muerto en brazos, le hubiera dolido menos tener que morir ella.
Ese era mi hermano Juan aquel 31 de marzo. Hubiéramos hecho cualquier cosa para salvar aquella pequeña criatura indefensa que pedía ayuda sin palabras en un pataleo angustiado. A mi madre, en esos momentos, con su hijo muerto en brazos, le hubiera dolido menos tener que morir ella.
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Han pasado muchos años y no creo que lo olvide nunca. Hoy revivo aquellos momentos con especial pena, cuando hay quien pone en cuestión si mi hermano era o no humano.”
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Una cosa más, en esa revista la sección en la que aparece esta carta, se subtitula “cartas que hacen pensar”…, y esta....¡vaya si lo hace!...
Han pasado muchos años y no creo que lo olvide nunca. Hoy revivo aquellos momentos con especial pena, cuando hay quien pone en cuestión si mi hermano era o no humano.”
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Una cosa más, en esa revista la sección en la que aparece esta carta, se subtitula “cartas que hacen pensar”…, y esta....¡vaya si lo hace!...
A ver si se dan cuenta algunas indocumentadas que en sus absurdas afirmaciones, se están jugando, nada menos, que el futuro de la humanidad.
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9 comentarios:
Tengo Mundo Cristiano, pero todavía no lo he leído. Gracias por anticiparme esta carta. Me ha entrado de golpe en el corazón.
Vaya si hace pensar y sentir, pero es tremendo que para algunos cosas como estas les resbalen. Van de patinazo en patinazo, pero allá ellos. Lo importante es que halla testimonios como éste que ponen de manifiesto la verdad de la Vida humana.
¡Qué hermoso testimonio.
un beso, Arcendo
Un documento fortísimo e impactante.
Cielo, todas esas estupideces de las que se ha burlado todo el mundo (incluídos los propios abortistas), estan dirigidas a seguir anestesiando a la humanidad sobre el valor de la vida humana, pero mira, como todo es para bien, creo que ya nadie en España se atreverá a decir que un feto de 13 semanas no se sabe si es humano, porque todo el mundo sabe que esa frase ha sido motivo de escarnio colectivo.
Evidentemente quienes somos padres y madres, sabemos que desde el primer momento del embarazo tú tienes un niño dentro y desde la primera ecografía eso no lo duda NADIE. Todo lo demás son memeces.
Un abrazo darling
¿Cuál es el motivo por el que siempre pensemos los mismos?
Un saludo español…
LLeva razon legionarius, post como el tuyo,cartas como esa, siempre las leemos los mismos. Habría que conseguir la forma de llegar a los que piensan diferente.
vaya parece ser que hoy es el día de la sensibilidad, de los niños, de los que están y de los que no estarán.Qué gran don el de la sensibilidad. Qué gran don poder llorar ante el dolor ajeno. Qué gran don los amigos que nos abren sus puertas a lo más profundo de su ser. Hoy en varias páginas solo he encontrado motivos para dar gracias a Dios. No saben lo que se pierden quienes no tienen nada que agradecer.Un abrazo
Mira Arcendo, me parece que resultará poco probable que hagan lo correcto.
He visto una serie de blogs, que me quedo parada con lo que dicen.
Hasta había venido aquí, buscando una pegatina que dijera, para mi blog, "Soy Católica". Ni en google lo encuentro.
Un abrazo:)
Por cierto, ¿Sabes que Roland Joffe, el de La Misión, está en Argentina filmando la vida de San José Maria Escrivá?. Es una co.producción USA-Argen-España.
A ver que es lo que sale :)
Preciosa carta, y bellas palabras de un sentimiento aún más bello el amor, algo que parece faltarles a todos estos titiriteros. Un beso muy fuerte amigo mío.
Coincido con Legionarius y con Mª Jesús, aunque creo que los que no quieren aceptar que la vida es sagrada, no es por falta de información, sino por puro egoísmo personal.
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