LA VIDA, ACTO DE AMOR DE DIOS

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¡Que pena!, unos medios de comunicación, que podrían ser unos fantásticos vehículos de información y formación espiritual y humana, solo son cloacas-espejo de esta sociedad actual, hedonista y decadente. Por mucho zapping que hagamos, en todas partes cuecen habas… podridas.
Por eso, en vista de lo que hay, nada como refugiarse en un buen vídeo, en una tarde de sábado con la familia…, ese es el mejor plan.
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En esta ocasión, gracias al cielo, tuvimos la bendita oportunidad de ver otra vez, una película excepcional. No es de las que estén catalogadas en la historia del cine como obra maestra, pero hay tanto malo, tanta mediocridad, que esta supera con creces, a cualquier otra que se pasee hoy por las carteleras y cuanto más, por la tele basura.
La cinta en cuestión, la que desde ahora mismo, recomiendo a todos mis amigos es “El tormento y el extasis”.
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La peli es una recreación histórica de una parte de la vida de Miguel Ángel Buonarotti. Aunque al inicio de la cinta hace un breve, pero completo repaso de la obra del artista, la obra se centra principalmente en la gestación de los frescos de la Capilla Sixtina, y en su apasionada relación amor-odio entre éste y el Papa “guerrero” Julio II, que fue quien le encargó su ejecución.
Sin duda, interesante ese choque de apasionados caracteres entre dos de los personajes mas peculiares del Renacimiento. La película tiene momentos realmente míticos, y frases para enmarcar: "Jamás estoy menos solo que cuando estoy solo", pero no quiero hoy hacer hoy una extensa crítica de la misma, solo quiero aconsejarla y sacar provecho de ella, como puente para llegar a mi orilla.
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Una de las escenas más sobrecogedoras, es cuando el Papa, ya enfermo sube al techo de la capilla con una antorcha, para admirar la obra, ya casi terminada. Allí se topa, nada menos con el famoso fragmento que corresponde a la creación del hombre.
Entonces, el Papa queda impresionado y tiene lugar esta conversación:

Julio II: “Dime, ¿así es como tu le ves, hijo mío?” (Refiriéndose al impresionante Dios barbado de la pintura)
Miguel Ángel.: “Si, Santo Padre”
J.II: “Ni airado, ni vengativo, sino así…, fuerte, bondadoso, lleno de amor”
M.A.: “Conoce la ira, sí, pero la Creación es un acto de amor.”
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Al cabo de un rato más de conversación, ambos personajes se centran en el retrato de Adan:
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J.II: “Y este es Adán…, ¿así es como tu ves al hombre, noble, hermoso, valiente?”
M.A. “¿Cómo había de verle?”
J.II: “Como es en realidad, corrompido, con las manos ensangrentadas, expuesto a la condenación. Tu pintura es hermosa, pero falsa.”
M.A.: “No puedo cambiar mis ideas”
J. II: “De sobra lo sé, y no malgastaré mi tiempo intentando hacerte cambiar. ¿Cómo se te ocurrió esto?”
M.A.: “Mi idea fue expresar que el mal lo aprendió el hombre de sí mismo, no de Dios, por eso lo pinté como fue creado, inocente, libre de pecado, agradecido por el don de la vida.” (en este punto, el pintor señala las manos de Dios y Adán casi unidas por sus indices)…
Con esta escena me quedo, en esas ideas me centro, porque son grandes verdades, es un silogismo perfecto y verdadero
Primera premisa, la creación es un acto de amor.
Segunda, la vida es un don.
Ergo, la vida es un acto de amor, de Dios al hombre. ¡UN REGALO!
¿Puede haber mayor prueba de Amor que DAR la vida?...
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Estamos a muy pocas horas, de mostrar nuestra disposición por defender ese REGALAZO de amor que Dios, en toda su bondad, nos dió.
Hoy la vida está siendo atacada desde sus cimientos, dicen que no es vida lo que crece en el vientre humano después de un acto de procreación. Dicen que no vale la pena luchar por los inocentes. Dicen que es un derecho matar. Dicen tantas y tantas mentiras para justificar sus crímenes, que tenemos que salir a defender ese regalo de Dios sin excusas.
“NUNCA SE PUEDE JUSTIFICAR LA MUERTE DE UN INOCENTE”, ¡¡NUNCA!!, dijo el Vicario de Cristo, gritando, en este Madrid nuestro. Madrid, España entera debe responder a su llamada este sábado con un claro y sonoro:
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¡¡NO MATARÁS!!, ¡¡SI A LA VIDA!!

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Pdta. Habrá quien por circunstancias poderosas, no puedan acudir este sábado. A estos, les ruego que apoyen con sus oraciones, para lograr el éxito de esta manifestación; nuestro triunfo será el de toda la humanidad. ¡Ojalá se muevan muchos corazones ese día!.

¡Recordad, el 17 a las 17!

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