CAMINO DE EGIPTO. (fragmento del diario -imaginario- de José de Nazareth)

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"El camino es largo y María, aunque no dice nada, parece cansada. Además Ella está con el Pequeño en los brazos durante todo el viaje, a lomos de mi fiel mulilla, y ya son muchas horas las que llevamos así.
¡Pobrecito, que bueno es mi Jesús!, apenas llora, y eso que hace frío.
A mí, no me importa seguir, pero tenemos que parar, creo que ya no nos siguen, la noche está próxima y quiero que descansen.
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Aquella noche… hace dos días, había sido especial. Todavía rondaban por mi cabeza tantos acontecimientos.

Después del alumbramiento en aquel establo, todo fue inesperado. ¡Este Niño es de Dios!, ya no me cabe duda; desde el más humilde pastor hasta los que parecían Reyes de sitios lejanos habían venido a verle, y sin embargo…, soy yo el encargado de custodiarle. ¡Gracias, Dios mío, por este privilegio!, protegeré a tu Hijo con mi vida.
Por eso, no dudé al oír en sueños la voz de tu Ángel, teníamos que marchar, teníamos que huir, algo que no sé, amenazaba al Niño y yo no podía consentirlo.
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Ahora ya llevamos dos días de viaje y no me arrepiento de haber salido de Belén. Sé que Dios, nos dirá cuando quiera, el momento en que hemos de volver. Sin embargo, sigo inquieto por el sueño; no ese sueño mío de tu aviso, Señor, sino el que me contó María la noche pasada.
“Tuve un sueño, José.... ” , me dijo; “no lo pude comprender, pero creo que se trataba del nacimiento de nuestro Hijo”; y así me lo relató:
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“La gente estaba haciendo los preparativos con semanas de anticipación. Decoraban las casas y compraban ropa nueva. Salían de compras muchas veces y preparaban muchos regalos. Pero aquellos regalos no eran para nuestro Hijo.”
“Los envolvían con hermosos papeles y los ataban con preciosos lazos y luego los colocaban debajo de un árbol. Si, José, ¡un árbol, dentro de una casa!. ¿No te parece raro?”
Recuerdo como también me describió ese árbol, minuciosamente
“Ese árbol estaba decorado con las ramas llenas de esferas y adornos brillantes y en lo alto había una estrella. Era verdaderamente hermoso”
En su sueño, toda la gente estaba feliz y sonriente. Todos estaban emocionados por los regalos; se los intercambiaban unos con otros, pero, ella me dijo que no quedó ninguno para nuestro Hijo.
Sabes, me dijo, “creo que ni siquiera lo conocen, nunca mencionaban su nombre; ¿no te parece extraño que la gente se meta en tantos problemas para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera conocen?”
Y prosiguió, “tuve la extraña sensación de que si nuestro Hijo hubiera estado en la celebración, hubiese sido un intruso solamente. Todo estaba tan hermoso José y todos tan felices, pero yo sentí enormes ganas de llorar.”
“Sin embargo, ahora estoy contenta porque sólo fue un sueño, pero que terrible José, si eso hubiera sido realidad”.
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En mi caso, he de decir, que yo sigo inquieto, estamos a pocos Kilómetros de Egipto y yo sigo inquieto, aquí, sin poder dormir, pensando en ese sueño… ¿por qué será?, Señor por favor, quítamelo de la cabeza"
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