ALGO PEQUEÑITO

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"¿Las aventuras no terminan nunca? Supongo que no. Alguien tiene que llevar adelante la historia". – Bilbo.

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"Los hobitts son criaturas realmente sorprendentes. puedes aprender todo lo que se refiere a sus costumbres y modos en un mes, y después de cien años aun te sorprenderán"—Gandalf
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Quizá sea este sea el momento de dar una oportunidad a la coherencia.
Son estas horas en las que cualquier decisión tiembla…, tiende a doblarse por el ambiente o los asedios a los que nos someten, cuando pelear por mantener en pié lo que uno cree, cobra un sentido heroico.
Coherencia, permanencia y constancia… se trata probablemente de la mayor de nuestras luchas; pero es, sin duda una especie de ascenso, de superación del caos; del personal y del colectivo.
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Adquirir, recuperar y sobretodo mantener esa dimensión de profundidad, solo se puede obtener si seguimos el plan previsto por Dios para el hombre; y en tanto que no entendamos esto, no lograremos ser felices en plenitud. En cambio, si lo hacemos bien, los reflejos de esa vida verdadera acabarán por salir a la superficie..., porque verdaderamente existen. Pero… ¿Cuándo y como llega al cambio radical a nuestras vidas?
La respuesta es bien sencilla, solo cuando tenemos el coraje de abrir la puerta de nuestra vida a DIOS, incondicionalmente, con todas las consecuencias. Bienaventurado quien acoja, con toda el alma, el don gratuito de Dios.

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Posiblemente, igual que aquellos primeros discípulos, nosotros también entendemos muy poco todavía. Necesitamos ver, tocar y preguntar de nuevo. Todavía nos cuesta reconocer, la grandeza y la gloria, manifestadas y visibles en la creación y tantas veces, en nuestras vidas… ¡será que nos asusta, tanto amor!
Abrir la puerta a Jesucristo comporta, ante todo, no escandalizarse de Él... No rechazar el misterio, ni temer lo que se ve y lo que no se ve, ni tener miedo a lo que viene. Es abrir el corazón sin reparo, ... sobre todo, ante lo que no se entiende…. Como hacen los niños.

Casi dejé la semana pasada con esa misma idea y vuelvo a retomar el mismo tema, casi inconscientemente, en esta. –Ser como niños-.

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Dios, afortunadamente funciona con otros criterios, distintos a los nuestros, con algunos que jamás, nunca, vamos a entender. Su misterio de AMOR escandaliza al mundo, pero no a los suyos. ¿Puede haber mayor contradicción, que El más pequeño, sea el más grande? Y sin embargo es así, y además nos ha abierto su puerta. Sale a abrir, Él mismo la puerta, y lo hace de par en par, para todos.
¡El más pequeño...! No nos atrevemos a definir…, quizá fracasáramos en semejante intento.

El más pequeño.-.. Sólo puede entenderse en clave evangélica:
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Jesús... dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste a los pequeñuelos (Mt., 11, 25).
Los pequeños son, también, los puros de corazón. Aquellos cuya alma es límpida y transparente para recibir el don de la Luz. Aquellos que verán a Dios (Mt., 5, 8).
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El pequeño es el que descubrió la hondura. Es quien puede pasar o permanecer en los espacios más reducidos y hallar, los mayores y más despejados horizontes.
Por tanto, el objetivo será buscar coherencia y firmeza en lo pequeño, siendo fiel en los detalles del día a día, porque solo de lo más pequeño se pasa a lo más grande...
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Para ilustrar musicalmente el post de hoy, por favor que nadie piense que lo acompañaré con ese “algo pequeñito” eurovisivo…., afortunadamente –todavía- no se me ha ido la olla del todo… jajaja…. Me quedo con este otro... temazo.

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