viernes, 26 de noviembre de 2010

UNA MÁS DE SANTIDAD...

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Dejadme amigos, dejadme que siga hablando de santidad.…, al menos mientras dure este bendito mes de Noviembre…. ¡Lo necesito!
En este caso, quiero ser contundente…., quiero marcar las diferencias, trazar la línea que separa la devoción de la estupidez. La religión de la superstición.
El beatorro meapilas, es la mala caricatura de la auténtica santidad; la santidad se vive, se sufre en cada paso, con oraciones y con obras, no con palabras vanas y amaneramientos estudiados.
Claro que el santo es y debe ser muy devoto y muy rezador, pero toda la vida es oración, y la oración además de verbal, es coherente servicio y lucha constante. Es AMOR.
De eso hay mucho que hablar y mucho por aprender, pero hoy me quiero centrar en una de esas malas praxis de la oración, que es bastante común, por lo cual será bueno recoger velas y repasar conceptos:
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Para que se me entienda un poco, dejad que os ponga un ejemplo real.
En un pueblo manchego hay varias Iglesias, y cada una de ellas tiene preciosas muestras de imaginería procesional que son admiradas y veneradas por todos. Pero…, cuando llega la Semana Santa o las fiestas respectivas de las distintas parroquías, la devoción de los cofrades, se vuelve ¡Rivalidad!, muchas veces ciega…, hasta el punto de rechazar las imágenes del otro (lo he visto de primera mano). ¿Es esto religión????
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Algunos ponen en una imagen toda su fe, hasta el punto que, incluso no pueden orar, si no está, o no están delante de ella y eso está mal, no es lo que enseña la Iglesia. Eso es, o raya en… idolatría…
Creo que, aunque la devoción a los santos es buena, lo primero que debemos tener claro es que, cuando rezamos delante de una imagen de la Virgen o el Santo, no le oramos a la imagen, sino a Dios, presente en su santo, representado en esa imagen.
La imagen no escucha las oraciones, podrá parecer, porque le miramos, que la oración termina en la imagen, pero NO ES ASÍ. El santo está en el cielo y si se lo pedimos, claro que intercede por nosotros.
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La Iglesia anima a rezar a los santos. Porque como ya hemos dicho…, los santos fueron como nosotros, solo que ya viven con Dios después de haber pasado esta vida. Siguen siendo Iglesia.
Decir que los santos no pueden oírnos porque no existen o porque han muerto, sería negar la Comunión de los Santos que rezamos en el Credo.
La muerte no hace a las personas que viven con Dios (los santos) olvidarse de “nuestro” mundo. Eso no es posible en el Cuerpo místico de Cristo. Ellos nos escuchan, interceden por nosotros y son, nada menos que nuestros hermanos en la fe, que ya han llegado a la plenitud.
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¡Cuántas veces Dios ha actuado por medio de ellos, de sus santos!:
Cuando socorre a los desvalidos (Madre Teresa de Calcuta)
Cuando cura a los enfermos (San José Moscati)
Cuando se ocupa de la juventud y a la infancia (Don Bosco)
Cuando muestra su poder con los milagros (S. Pio de Pietreccina o S. José de Cupertino)… etc., etc., etc…
Siendo esto así…, es fácil imaginar que Dios también sigue actuando a través de ellos, aunque los santos ya estén en el cielo, por eso, ellos que fueron igual que nosotros, son nuestros grandes aliados… ¡como no pedirles socorro!
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En cuanto a las imágenes, el problema es el mal uso que se hace de ellas. De todos modos, como en tantas otras cosas, finalmente todo es cuestión de formación personal, y también... de sentido común.

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11 comentarios:

gosspi dijo...

Arcendo, cuantas veces he entrado en la idolatría!!!!!
Pero siempre he entendido muy bien esta relación con los santos....San Antonio de Padua es intimo amigo de mi padre, que como sabes tiene 90 años y está conmigo en mi Casa.....Me encanta tu entrada porque estoy contigo en Plena Comunión. Gracias hermanito.

Militos dijo...

Pues sí, Arcendo, te dejamos que hables de santos todo lo que quieras, nos gusta...
Es verdad que hay mucha beatería, pero yo creo que, con tal de que no llegue a superstición, puede ser el único hilillo que les una a Dios.
las imágenes son como esos retratos que guardamos de los seres queridos que ya no están a nuestro lado, las contemplamos, las besamos, con la esperanza y la ilusión de que nuestras miradas, nuestros besos y todo lo que les decimos, llegue hasta donde están. No son ellos, pero el ser humano necesita algo tangible en que apoyarse.

BESIÑOS, aunque no te veo, ni tengo retrato alguno de ti, pero me basta esta Hoja para sentirte cerca.

LAH dijo...

Pues mira Arcendo creo que hay mucha religiosidad, que nada tiene que ver con la fé a mi entender, pero mira pienso como Militos, que si asi se acercan ya es algo, y El hará el resto, no? Lo de la Comunión de los Santos me llega muy hondamente a mi alma porque verdaderamente es asi.
un abrazo.

LAH dijo...

AH! y por cierto espero que esas pruebas médicas y cosas que te están haciendo no tengan mucha importancia...
otro abrazo

Angelo dijo...

¡SANTOS!Como dice el Papa: Las verdaderas joyas que adornan a la Iglesia. A mí también me gusta que no hayas parado estos días de hablarnos de ellos. Abrazos

Anónimo dijo...

Gracias que Dios te bendiga siempre un saludo en Cristo Jesús

Armando dijo...

Santos son todos aquellos que han cumplido su cometido durante su vida terrenal con sencillez y entrega absoluta.
Santo es aquel, que ha aprovechado y multiplicado sus talentos en pro de los que tiene a su alrededor.
Santo es aquel que reconoce sus errores y trata de corregirlos.
Por eso, celebramos en la iglesia ese día de Todos los Santos. Pasaron desapercibidos y no están en los altares.Y tienen la palma de la victoria en sus manos otorgada por el Santo entre los Santos.
Un fuerte abrazo.

MDR dijo...

¡Hola Arce!
Pues sí hay que buscar ser santos de verdad, y no en apariencia. La Iglesia nos presenta varias formas para que seamos santos.
Saludos Arcen.
¿Estás enfermos?

Miriam dijo...

Los santos, nuestros hermanos mayores. A veces el primer paso para llegar a Dios

Genial el video, así les puedo poner cara a algunos santos y sentirlos más cercanos¡

Kara dijo...

Es muy importante leer la vida de los Santos, por que así se ve que se puede, y también se ve las dificultades que ellos también han sufrido en el camino. Un abrazo ¡

Camino García dijo...

Yo creo que los santos son como nuestro árbol genealógico, todos nuestros apoyos familiares en la Iglesia para seguir adelante. Me emociona (antes no, me aburría; debe de ser que me estoy volviendo vieja...) oír la Letanía de los Santos en las Profesiones Solemnes Monásticas: todos los monjes de rodillas vueltos hacia el altar, el nuevo profeso solemne tras el abad, como ovejilla tras su pastor, cuidado y protegido por el que va y está delante de él, invocan a cada uno de los santos para seguir caminando aquí en la tierra, ellos que ya aquí encontraron el sentido verdadero de la vida.

Los santos y los ángeles son, para mí, la fortaleza de Dios, cercos inexpugnables que protegen, con su Adoración Eterna a Dios, a la Iglesia Militante.

Yo les tengo mucho cariño; antes me parecían cosa de viejas, la verdad, por eso o debo de estar haciéndome vieja o estoy entrando en una visión distinta de algunas cosas o ambas posibilidades...

Un abrazo, Arcendo.

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