ESCONDIDOS DE LA JUSTICIA DE DIOS

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Hay ciertos asuntos controversiales que se ponen peligrosamente de moda y que exigen un esfuerzo especial de aclaración por nuestra parte, aunque esta sea reiterativa.
Como decíamos ayer, si uno está en esto de los blogs, es por algo y para algo, no es por beneficio, ni por reconocimiento propio, ni por pasar tontamente, el rato. Principalmente estamos para Evangelizar, para alentar esperanzas; y por consiguiente para alumbrar al prójimo en el Amor, según la Revelación y la sabiduría del Magisterio de Nuestra Madre, la Iglesia.
Por eso…, volvemos hoy a la carga sobre la nefasta deformación sobre temas fundamentales, que se están propagando en estos últimos tiempos, principalmente a través de la "caja tonta".
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Mi habitual y querido Bruce, apuntaba el otro día, en un certero comentario, que hay ciertos espectáculos televisivos, donde se alienta especialmente “el buen rollito”, dejando de lado, todos los dogmas de la Iglesia. En esos programuchos telebasura que lamentablemente tanto seguimiento tienen, cuando se habla de temas de DIOS “nadie habla de pecado, ni de Purgatorio y mucho menos del Infierno”. Dando la impresión de que todo el mundo se va a salvar. Y es ese falso “buenismo divino”, que nadie lo dude, una de las conquistas diabólicas más difundidas hoy en día.
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De tal modo que estamos llegando el paradójico extremo, en el que, gracias a esa falsedad, haya personas que se alejan de Dios porque piensan, que Dios es tan bueno, que jamás les va a castigar. Así que cualquier desvío grande o pequeño, cualquier pecado tiene disculpa, todo puede justificarse, todo vale, porque "Dios siempre perdona".

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Bien es cierto que el amor de Dios es el fundamento de nuestra relación con El. También es verdad que Dios es Padre infinitamente misericordioso, de hecho, por eso envió a su Hijo Jesucristo, para dar la oportunidad a TODOS los hombres, “de que se salven y puedan llegar al conocimiento de la Verdad”. Pero la naturaleza de DIOS que es LA PERFECCIÓN en sí misma, además de ser amor y misericordia, es justicia infinita.
Justicia, que además otorga la libertad personal a las criaturas; y justicia que no puede contraponerse contra el uso de esa libertad en las decisiones que el hombre haga. Lo que quiere decir que la salvación depende enteramente de la voluntad humana. Dios la ha dejado en nuestras manos.
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El amor de Dios es infinito, inagotable, nunca se cansa de ofrecerse por nosotros; como apuntaba Bruce, que siempre es fuente de inspiración “la condenación será para una minoría porque Jesús no fracasó en la Cruz”, pero... si nos negamos a amar, si libremente rechazamos el amor, estamos negando también cualquier posibilidad de salvación. Dios nos abre las puertas del cielo de par en par, pero no nos va a forzar a entrar. Como decía San Agustín: “Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti”.
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“Dios quiere que todos los hombres se salven”, pero no es posible esperar una gloria sin merito, el perdón sin arrepentimiento, es inalcanzable
Cada cual podrá vivir su eternidad como haya elegido vivirla, pero si queremos ser honestos, no podemos omitir, ni tapar aquí lo que intentan ocultar en esos –malditos- programas, y es que, aunque lo nieguen hasta teologuitos de nuevo cuño: el infierno existe, y además es dogma.
No voy a recordar aquí, las continuas referencias del Evangelio, al llanto y al crujir de dientes, pero que nadie piense que el cielo es un lugar almibarado, pijo y soso, y el infierno un antro de juergas, maromos cachas y tías buenorras.
Para los que no quieran acogerse a la salvación ofrecida amorosamente por Jesucristo, su destino, libremente elegido es el INFIERNO, según la Revelación un sitio nada agradable, sin eufemismos, ni tapaderas... Y además es para S-I-E-M-P-R-E
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Por eso, si creemos en la vida eterna y queremos la salvación habrá que actuar conforme a la amorosa voluntad de DIOS, siguiendo unos principios morales que son precisamente los que enseña Nuestra Madre, La Iglesia. No hay atajos, hay falsos senderos, pero EL CAMINO es solo uno.

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