Elucubraciones mentales sobre el eficaz pero cutre misticismo del IKEA

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Acabamos de oírlo este domingo una vez más:

“El Señor es mi pastor, NADA me falta”

Es como esa otra conocida frase de nuestra madre Teresa –la española-, que le hace eco al salmo… “Solo Dios basta…”, “Solo Dios basta…”

Nada es necesario salvo DIOS, lo demás es vanidad:

“Vanidad de vanidades, todo vanidad”

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Solo somos grandes, solo somos importantes, en DIOS. Él, nos ha creado, se ha fijado en nosotros, nos ama, nos sostiene, nos conoce, nos llama por nuestro nombre y apellidos. Es un amor tan grande que es incomprensible, que nos traspasa, ¡QUE NOS SUPERA!

Es de todo punto inmerecido, pero tan real, como nuestra existencia, como su existencia, que no admite duda, que no se cuestiona.

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Ante este amor desbordado nada importa, todas las penas, preocupaciones, agobios, sinsabores, lágrimas, encuentran sentido. El Señor es mi pastor, Él sabe porque caminos llevarme.

Me quiere aunque yo no lo merezca. Me quiere como nadie me ha querido, ni me querrá. Es grande su amor por mí. Y yo solo puedo pagar confiando ciegamente en Él, como nuestra Madre: ¡FIAT!

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Hay quienes se agobian y se desesperan, porque tienen y quieren tener más, y más y más, y nunca están satisfechos:

Casas, coches, perros, piscinas, regalos,… viajes…. ¡no es eso, no es eso! Ahí no está la felicidad.

Una de las cosas que más me gustó y me llamó la atención de la película “Encontrarás dragones”, que como ya sabéis… recrea la vida de San Josemaría Escrivá, ocurre casi al principio de la historia; En la infancia de los protagonistas, Manolo Torres, el personaje antagónico de San Josemaría, llega a reconocer "yo tenía más cosas pero Josemaría tenía más padre".

Podemos ser pobres y muy ricos, vivir con lo justo y vivir en plenitud, Ser o no ser. Ser o tener… ¡he ahí la cuestión!

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En mi caso, Tengo un modesto techo bajo el que vivir. Tengo unos hijos preciosos, una mujer buena y trabajadora a la que quiero con toda el alma desde hace más de 20 años. Comemos todos lo días, podemos vestir, no con lo más caro, pero no importa en absoluto. Y también tengo unos amigos reales y virtuales que son un apoyo real y constante… ¿se puede pedir más?

Así que…, como dice el celebre anuncio comercial, “no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita” por eso yo..., aún no llegando siquiera a -mileurista-, muchas veces me siento muy rico, riquísimo. Tengo todo lo que necesito, ni más, ni menos. Con sus baches y contratiempos, pero soy muy feliz pero tengo todo lo que preciso, para poder alcanzar la gloria. Repito…¿se puede pedir más?, ¡yo creo que no!

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Pdta. Por favor, leed también este post genial, inspirador de todo lo que acabáis de leer (Pinchando AQUÍ)

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