ESTAR IN, ESTAR DENTRO.

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Lo vívido estos días, permanece; las mejores imágenes no son las que aún hoy, nos muestran los periódicos; sino las que cada uno, conserva muy dentro de sí. Sin embargo, lo que verdaderamente persistirá en el tiempo, sin riesgo a la caducidad del tiempo, son las palabras dichas por el Papa durante esta JMJ de 2011.

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Las alocuciones del Santo Padre, son modélicas en cuanto a concreción, profundidad y sencillez. Ahí está su gran acierto, porque a pesar de su hondura..., su inteligibilidad es absoluta.

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Todos sus discursos son oro, son joyas de mucho valor, pero no son piezas de museo. No están pronunciadas para la simple contemplación, sino para después de leerlas y meditarlas, llevarlas a la práctica, para encender almas, para azuzar conciencias, para emprender caminos, para motivar acciones. Son palabras para hacerlas vida.

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Todas sus alocuciones y cada una de ellas, por separado, están generando ya, muchas entradas de blog, muchos artículos, muchos ensayos...; y darán mucho más de sí, por supuesto también aquí, en mi HOJA, por ser auténticas lecciones magistrales.

Sin embargo hoy, ahora, como primera toma de contacto, quisiera centrar la atención en un par de párrafos en los que se vislumbra una de las principales intenciones de Benedicto XVI en esta visita pastoral.

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Su Santidad, al contrario de lo que puedan pensar algunos, no se queda solo en la denuncia al laicismo exclusivo. El Papa va más allá, poniendo también el énfasis en nuestra propia coherencia de católicos.

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El Papa, como padre debe insistir e insiste en decir que la unión de la persona con la Iglesia es imprescindible. El Papa viene a decirnos que eso de "yo soy católico pero no practico", es una pérdida de tiempo, una memez que siempre acaba en fracaso:

"No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir por su cuenta o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa"

Benedicto como pastor, viene advertirnos que el prescindir de los Sacramentos y de la oración es el peor de los caminos:

"Para el crecimiento de vuestra amistad con Cristo es fundamental reconocer la importancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios."

Benedicto XVI. Cuatro Vientos.

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Probablemente este último párrafo de la exigente homilía del Papa, es uno de los menos jaleados por los medios, de los más inadvertidos, pero es el más directo. Va al meollo.

¡Eucaristía, Penitencia y Oración.... y además, según las directrices que marca la Santa Iglesia Católica!. El camino de la salvación, está claro, el que no lo quiera seguir, libre es. Pero ya no valen excusas, no será porque este Papa y TODOS sus antecesores, no lo hayan reiterado a lo largo de la Historia. La de esta JMJ, una más.

Por eso amigo, oye, medita  y actúa en consecuencia, ¡no te quedes en OFF-side!

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