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Lunes.. Uno más o uno menos..., que esto es como lo de la botella, ¡según
se mire!
La rutina, que es bendita parte de la vida
porque siempre da motivo a oportunidades irrepetibles-, hace que, una vez
más..., Juan y Tomás se vuelvan a encontrar.
Son las 8 de la mañana y los dos amigos
ocupan los últimos asientos del autobús, camino de su trabajo.
Solo una cosa más he de contaros antes de
"espiar" su conversación; es un detalle muy interesante que hay que
conocer: ambos dicen ser católicos creyentes.
- Juan.
"Bueno Tomy, ya estamos casi en verano y se va
notando..."
Tomás responde a regañadientes, enfundado en
su sudadera, brazos cruzados y con los ojos cerrados.
- Tomás.
"Calla, calla, que tengo un sueño atroz.., y
hasta un poco de frío. Para mí, poco cambia."
- Juan.
"Pero bueno chaval, ¿es que no estuviste ayer en
Misa?.. ¡Pentecostés!, estamos ante un cielo nuevo, hemos cogido todas las
fuerzas, tenemos todos los ánimos renovados...."
- Tomás.
"Eso lo tendrás tú. Para mí, empieza una semana
en la que poco ha cambiado en nuestras vidas"
- Juan.
"Pues...., sabes lo que te digo..., que
¡Que insulsa sería la vida si pensásemos así!
Después de haber recibido al Espíritu
Santo en nuestra alma, pensar así, no es admisible."
Y entonces... la conversación se empezó a
caldear. Tomás ya quiso dar sus argumentos, bien despierto...
- Tomás.
"Que fácil y consolador sería pensar así..., ¡pero
que difícil es vivirlo!"
- Juan.
"Entiendo que, vivir el día a día, sufriendo el
camino del desierto se hace a veces muy duro, pero es que muchas veces caemos
en la tentación de creer que estamos solos..., y no es así"
Tomás, siguió su perorata.., casi sin oír a
su amigo.
- Tomás.
"Me pesa la hipoteca, me preocupa el futuro de
nuestros hijos, el poder pagar lo básico, el no perder el trabajo. Me lastima
la situación de los que quiero, la tuya también querido Juan. Y también me
inquieta mucho la salud, la propia y la de los demás...."
- Juan.
"Claro que
sí Tomy, pero.. son tantas las impaciencias que a veces se nos olvida que,
AQUEL a quien le estamos haciendo tantas peticiones... es todopoderoso, y
además es PADRE nuestro."
Y Juan, ya de carrerilla, siguió:
- Juan.
"Pena,
sufrimiento y dolor..., no nos van a faltar. Pero nunca ya el agobio, nunca la
desesperación. "¡Bienaventurados los
que lloran, porque ellos serán consolados!"
- Tomás.
"Claro que sí, sin embargo no me negarás, las
bienaventuranzas son desconcertantes..."
La replica de Juan, no se hizo esperar:
- Juan.
"Ciertamente lo son, pero también son el camino
seguro de la felicidad"
En este punto conviene decir que, aunque
Juan jugaba sin trampas, si gozaba de cierta ventajilla a su favor.
Mientras que Tomás era de los de Misa
dominical y poco más; su amigo Juan siempre se había preocupado por aumentar su
formación doctrinal.
Además de meditar el Evangelio todos los días,
Juan tiene en la cabecera de su escritorio algún libro para ahondar en su
relación con Dios. Una sana costumbre, muy útil, en momentos como este.
- Juan:
"San Pedro ya nos previno: “Queridos, no os extrañéis del fuego que ha prendido en medio
de vosotros para probaros, como si os sucediera algo extraño, sino alegraos en
la medida en que participáis en los sufrimientos de Cristo, para que también os
alegréis alborozados en la revelación de su gloria”"
Así Juan, en seguida se acordó de algunas
citas, que había apuntado en una libreta que siempre lleva consigo. Nunca
está mal echar mano de lo que se tiene, ya sea para convencer, para rebatir,
para reforzarse a sí mismo o para tratar de ayudar a un amigo. En seguida, Tomás, que era tan bueno y tozudo como su tocayo bíblico, le contestó:
- Tomás:
"No me andes con monsergas, ni sermones. Eso
está muy bien en el papel. A mí me interesa el día a día. Mis ahorros en Bankia, la prima
de riesgo y las lentejas de mi casa... El paro, el conflicto social, que se
pueda armar muy gorda y que nos quedemos sin nada. ¡Que lleguemos a las armas!
y además me agobia esta jodida salud mia..., que no hacen más que salirme
achaques....
Reconozco que a veces, me
hundo, me cuesta mucho, incluso creer."
- Juan:
"No digas
eso, Tomás, no lo digas, que me apena mucho oírlo. Mira yo también sufro, como
cualquier hijo de vecino. Y también me preocupo, como tú. Pero... yo rezo, rezo
mucho y después sé que en todo este maremagnum, no estoy solo. Yo siento su
presencia. Verdadera y realmente y es lo que me gustaría transmitirte"
Tomás, por fin se había quedado absorto y
callado ante la mirada clara y directa de Juan. Notaba que aquellas palabras de
su amigo eran sinceras.
- Juan:
"Déjame
que te diga algo, hace poco teníamos un gobierno, fue malo, muy malo. Pero ya
se fue. Estos que están ahora, lo están intentando, pero todavía no se nota
nada y parece que las cosas van de mal en peor. No entendemos porque nos pasa
esto, después de estar toda la vida currando y haciendo todos los días lo
mismo, la misma vida, los mismos gastos...
Nosotros no entendemos de
macroeconomías. Sabemos del día a día y de lo dificil que es llegar a fin de
mes. Sabemos lo que nos falta y lo que nos puede faltar. Nos preocupan los que
dependen de nosotros.... ¡Pero no estamos solos!, no podemos pensar que un
Padre deje solos a sus hijos en un valle de lágrimas, ni que este sea nuestro
destino definitivo y permanente.
La esperanza no es lo último que
se pierde, Como cristianos, no podemos perder la esperanza, la esperanza NUNCA
se pierde, y además debemos ganarla para los demás."
A Tomás, le llegó la situación límite. No
pudo evitar que una lagrimilla paseara por su cara.
- Juan:
"Reza,
amigo, reza. Insiste, pide, y sufre... que también ese sufrimiento que nos hace
vulnerables nos une más a Él. Nos diviniza y también nos hace profundamente
humanos. Quien sabe si quizás en ese sufrimiento... el hombre puede encontrar
"la humanidad" perdida que lo arregle todo.
Mientras tanto, seamos
humildes..., -no vamos nosotros a ser mejores que DIOS que sufrió lo
indecible...-, ¡Humildad es grandeza!..., y la soberbia, esa misma que se nos
cuela en forma de auto compasión, es la representación misma de Satanás. Así
que huye del auto-flagelo y reza. hazme caso. Reza y confía."
Faltaban ya dos paradas para el destino, 5
minutos escasos. Luego cogerían caminos separados, ya no se verían hasta
mañana. Pero..., la mochila de Juan que es como un pozo sin fondo, tenía la
última palabra.
- Juan:
"Mira Tomy, precisamente tengo aquí un recorte
fantástico, que nos va a venir muy bien, a tí y a mí, para pensarlo de aquí a
mañana en el que nos veremos otra vez.
Se trata de un artículo que Jesús Higueras escribió en ABC hace ya algún tiempo. Es tan
bueno, que lo guardé y ahora lo comparto contigo. Deja que te lea un parrafillo:
«Amar es
arriesgarse a sufrir. Cristo asumió ese riesgo, manifestando así que el amor de
Dios por el hombre llega hasta el extremo de poder perderlo todo por el amado.
Muchas veces nos maravillamos del sufrimiento, del dolor del cuerpo del
Crucificado, pero olvidamos el dolor del alma de Cristo, pues Él pidió
experimentar todos los dolores de todos los hombres de todos los tiempos,
también los míos, para poder decir a cada ser humano: No soy un Dios
indiferente a tu tragedia personal. Yo sufro contigo y muero contigo para que
tú puedas resucitar conmigo».
Sir Clives S. Lewis años después
de su conversión, en 1940, escribió El problema del dolor. En este libro dice
lo siguiente: “El dolor como megáfono de Dios es, sin la menor duda, un
instrumento terrible. Puede conducir a una definitiva y contumaz rebelión. Pero
también puede ser la única oportunidad del malvado para corregirse. El dolor
quita el velo de la apariencia e implanta la bandera de la verdad dentro de la
fortaleza del hombre rebelde”
Llegaron a la parada, se abrieron las
puertas. Bajaron del bus y luego pasó lo que nunca había pasado; sin mediar
palabra se pegaron un abrazo indecible y luego se separaron. Los dos caminaban
a sus trabajos, cada uno con dos sonrisas. Una bien visible en sus labios,
iluminaba sus caras; la otra..., LA OTRA SONRISA...estoy seguro, encendía sus almas.
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3 comentarios:
Arcen me llega a la mente el pensamiento de que no solo es importante sabernos cristianos sino en la realidad vivir como tales.
Confiando siempre en Dios.
Gracias por tan bello relato.
DTB!!
SL2!!
Me hablas todo el rato de la sonrisa de Dios Arcen...y aunque a veces cueste....solo te digo que es lo unico que me atrae y me mueve a Vivir...la pongo en el centro de mi vida y solo El hace que aparezca dentro de mi y hacia fuera!! un abrazo sonriente
Una conversación muy buena. Los dos tienen buenos argumentos, aunque ya sabemos quién lleva la razón.
ójala fuera tan fácil muchas veces hablarle a Dios de los demás, algunos me pegarían si pudieran!
Saludos!
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