RECUERDOS PARA ESTIMULAR FUTUROS

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Los indicios de que asistimos al final de algo, son cada vez más evidentes.

Esta intranquilidad general empieza a ser ya difícil de soportar:

Desastres naturales sin precedentes, grandes hambrunas sin resolver, aparición de nuevas enfermedades, extinción de especies; todo eso..., además del acoso constante en lo económico, el desasosiego creciente en la seguridad personal y colectiva derivado de las guerras y el terrorismo, apuntan a que esto en algún momento..., ha de frenar en seco.

Una vez dijo alguien: ¡paren el mundo, que yo me bajo!

Sin embargo, creo que estamos errando el tiro. Muchas veces lo hemos dicho aquí, la mayor crisis es la de los ideales. Lo peor que nos está pasando, es la corrupción espiritual del hombre moderno y ante ella, ¿para que lo vamos a negar?, solo se enfrenta la Iglesia Católica.

Todos contra la Iglesia, la Iglesia contra el mundo, ahora, su peor enemigo. He aquí la tarea de nuestra época.

Los políticos y las instituciones terrenas ya no pueden construir un mundo mejor, porque no son capaces de plantar cara al estado actual de angustia.

La Iglesia, solo la Iglesia y nosotros somos Iglesia, tiene la única llave de una utopía posible, lo "vi" en Madrid, el verano pasado.

La experiencia de la JMJ en Madrid, no solo fue inolvidable, sino que fue esperanzadora.

A nadie se le niega que ahora nuestra misión es enorme, incluso muchas veces, va a ser, es ya ingrata. No estamos en bonanza y nada es fácil. (nadie tampoco dijo que, un camino de cruz, tenía que serlo) Hemos de volver proas y tajar mares. Atravesar tormentas, odios, incomprensiones y bajezas. Rectificar brújulas. Y doblar cabos de buenas esperanzas.

Nos corresponde despertar conciencias, abrir brecha, hacer camino, resucitar ilusiones, propagar verdades. Como decía el joven y entusiasta abogado Primo de Rivera, tenemos que... "...devolver a los hombres las normas y con ellas, el pan de cada día. Hacerles ver que la norma es mejor que el desenfreno; que hasta para desenfrenarse alguna vez hay que estar seguro de que es posible la vuelta a un asidero fijo. Y, por otra parte, en lo económico, volver a poner al hombre los pies sobre la Tierra, ligarle de una manera más profunda a sus cosas: al hogar en que vive y a la obra diaria de sus manos."

No de ningún modo va a ser fácil, va a costar, sin embargo..., merecerá la pena y ese espíritu me contagió en Madrid... hace un año.

Hace un año... a DIOS le doy gracias por haberlo sentido, ¡fui joven otra vez!, y todavía ahora lo sigo siendo.

La JMJ, enardeció mi alma, despertó mi conciencia, avivó mi alegría.

Frente a la agitación imperante y al nirvana de la comodidad y el desaliento, ahora sé que hay en el mundo, otra juventud que es capaz de vivir a la intemperie, por amor al otro. Ahora sé, que mientras los intereses políticos están tendiendo a desaparecer, grandes fuerzas espirituales están en ascenso.

Como dijo en 1923, el profético Stanley High en su "Revuelta de la Juventud": "He tenido el privilegio de caminar con la juventud de otro mundo... los apóstoles de una vida completamente nueva para jóvenes y viejos por igual... Con su espíritu, el antiguo cielo y la vieja tierra -de sospecha y egoísmo y odio- quedarán atrás."

Y yo añado, : - y me hice, sin dudarlo, uno de ellos.- Porque esa es la única manera, recordando ese sentimiento de mi pasado más reciente, es como mejor se puede ganar el futuro más inmediato, no gastando el tiempo en lloros y lamentaciones.... sino AMANDO RADICALMENTE.

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