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Ayer veía por Internet una nueva versión de la Biblia hecha
para la televisión. Aunque no terminé de verla, porque el sueño me venció, lo
que vi, me gustó mucho.
Me
encantó el primer enfoque, el relato comienza dentro del arca de Noé, y es este
Patriarca aún rodeado de las aguas que inundan el mundo, el que va relatando a
los suyos el Génesis... "Al principio DIOS
creó el cielo y la tierra..."
Sin
embargo hoy me quiero centrar en la figura de Abraham. Este pasaje bíblico, al
igual que los otros, está llevado con una fidelidad exquisita a la Escritura,
además, el actor que hace el papel de Abraham... lo borda.
Pero
a parte de la apreciación artística, lo que quiero decir ahora, es que cada vez
que leo o veo esta historia, siempre llega a conmoverme, porque, de algún modo,
me identifico con lo que ocurre ahí. Por supuesto no me puedo comparar con el
personaje, ni en santidad, ni en meritos; pero sí que, me son "familiares"
algunas de las vicisitudes por las que pasa.
En realidad, pienso esto y llego a la conclusión de que no es tan
extraño. No se trata de ningún "deja-vú" histórico.
Los siglos que distan de aquellas generaciones a nuestros días, no hacen si no
confirmar que el animal humano, a pesar de todas las evoluciones técnicas,
tampoco ha cambiado tanto. Al menos en lo que se refiere a su relación con
DIOS.
Abraham
es el núcleo, el hombre que DIOS somete a prueba tras prueba y él va,
continuamente y con mucho sufrimiento, dando muestras de una admirable
fidelidad; pero a su alrededor.., circulan personajes periféricos que bien
podrían ser estereotipos de gente que conocemos en la actualidad.
Son
personas con sus valentías heroicas pero también con sus miedos y recelos, con
sus rivalidades (Sara-Agar), con sus debilidades, con sus desobediencias. La
Biblia es un compendio de situaciones y personajes que es totalmente actual.
Desde
luego hay muchas cosas conmovedoras del relato, la promesa de la descendencia,
el anuncio angelical del embarazo de Sara, y desde luego... el conato de
sacrificio de Isaac a manos de su padre y la detención divina del mismo. Pero
ahora solo me quiero centrar... en el impresionante paisaje de la destrucción
de Sodoma.
Alguna vez he visto algún documental de esos del "Discovery"
o de la "2", que trataban de dar explicaciones sobre lo sucedido
allí. Alguno de esos científicos afirmaba que las consecuencias de la
destrucción de esas dos ciudades (Sodoma y Gomorra), fueron muy similares a lo
ocurrido en Hiroshima y Nagasaki. La desolación fue masiva, todo quedó arrasado
como si de una bomba atómica se tratara..., ¡mucho antes que estas, se
inventasen!
Pero
esa es la sorprendente parte técnica..., la parte histórica nos recuerda que
Sodoma era una ciudad conocida por su inmoralidad sin límites... A partir de
ahí, todos conocemos la historia de como el viejo Abraham, padre de nuestra fe,
se enzarzó dialécticamente con Dios para salvar la ciudad de Sodoma que quería
arrasar por sus pecados. Abraham le dice a Dios: ¿y
si hubieran 50 justos o 30 o 10, arrasarías Sodoma? Y Dios le
responde: si hay 10 justos, por ellos, no
destruiría la ciudad. Bastan 10 justos para salvar una ciudad
corrupta. Y es entonces ahí..., cuando a mí se me va la vista y el pensamiento
a nuestros días, en los que últimamente solo se habla de corrupción, solo se
piensa en medrar y la obsesión de los medios y las gentes es el dinero y el
placer sin límites. ¿Es esta sociedad tan distinta a aquella sociedad
sodomita??
Hoy concretamente en España se contempla un
derrumbe completo tanto en lo espiritual, humano y cultural como en lo político
y económico. Creo, que hoy desgraciadamente ya contemplamos esos muros “ya desmoronados” a los que Quevedo hacía alusión en aquellos
celebres versos...:
.
"Miré los muros de la Patria
mía,
Si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
De la carrera de la edad
cansados,
Por quien caduca ya su valentía."
.
Las naciones y en nuestro caso España tienden a olvidar
su historia cuando la ha contemplado con ese racionalismo que ya dijera García
Morente, no ha sabido valorar la realidad de la historia de una Patria que
debe ir unida a su espíritu, a su unidad espiritual y religiosa que es el
catolicismo.
Volviendo a la historia bíblica de "los justos", he
de recordar también que, en la tradición judía pervive la convicción de que la
humanidad se salva porque siempre hay 10 justos que interceden por ella. No es
pura imaginería. Ellie Wiessel, premio Nobel de literatura, cuenta cómo
ante la ocupación alemana en la IIª Guerra Mundial, y ante la amenaza contra
los judíos, María, una anciana cristiana que servía en su casa, les ofreció
esconderse en su aldea, lejana, donde nunca llegarían los alemanes. El padre de
Wiessel rehusó. Toda la familia, salvo nuestro autor, pereció en el
campo de exterminio. Wiessel dirá: aquella noche, María, una cristiana,
salvó la ciudad entera.
Siempre
hay justos que mantienen la humanidad en pie.
¡Cuantas veces hemos visto esa disposición, esa
entrega en todos los santos y mártires de nuestra bendita Iglesia Católica! Es
algo que encontramos en el centro más íntimo de nuestra fe. La historia está
plagada de ejemplos.
Ellos
toman sobre sí la fe que falta, se mantienen en pie cuando todo está perdido,
son la fuerza en la debilidad.
También
nosotros, podemos y debemos ser de "LOS
JUSTOS", más en estos momentos. Ser de los que reconstruyen
vidas derrumbadas, de los que -con su día a día- honesto y sin ruido salven
esta humanidad que tantas veces produce vértigo. "Estas crisis mundiales, son crisis de santos (justos)"
decía San Josemaría.
La historia es cíclica, hay muchos ejemplos de lo que nos
está pasando ahora. De nosotros, de nuestra santidad, depende que esta
humanidad no acabe como Sodoma.
Con
DIOS, siempre hemos sido capaces de despertar de momentos infecundos, estériles
y nefandos de la historia. Si somos fieles y perseverantes podremos ponernos en
pie y rehacer esos "muros desmoronados".
Siempre ha habido un “desperta ferro!”,
un “¡Santiago y cierra España!” que ha
sabido movernos, a lo mejor.... es hora de rescatar ese santo espíritu
combativo al rescate de esa justicia perdida...
* * * * *
7 comentarios:
Nada, un ¡10!, un ¡10!, sin ninguna duda. Cuando pongo un diez, les explico el porqué se lo pongo. Y no es porque parta de la inteligencia, nunca parto de la inteligencia, sino del esfuerzo, diario y continuo, es lo que da la medida. Hoy he puesto dos dieces, no a los más inteligentes, sino a los que más se han esforzado. Día a día, sin levantar cabeza. Nunca dejan nada por hacer, siempre se esfuerzan, todo el tiempo, un día y otro, y otro...tienes que mejorar la expresión, les digo, tienes alguna falta de ortografía, etc, etc, pero has cumplido con algo fundamental: te has esforzado todos los días, nunca has dejado de hacer tus deberes, y cuando digo nunca, es nunca, y eso es lo que se merece un diez, y ahora no te pongas tonto por esta nota, ni te envanezcas, porque entonces, empezarás a declinar ¿vale?...vale, y comienza la segunda fase...controlar la soberbia...si han cumplido la primera fase, la segunda es más fácil, es mi experiencia.
Les digo tantas veces lo que hoy leo, que no puedo más qe decirte gracias, muchas gracias...
Decía san Agustín, con relación al tiempo,: ¿qué es el tiempo?:“¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si
quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo
sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría tiempo pasado;
y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no
habría tiempo presente. Pero aquellos dos tiempos, pretérito y futuro,
¿cómo pueden ser, si el pretérito ya no es y el futuro todavía no
es? Y en cuanto al presente, si fuese siempre presente y no pasase a
ser pretérito, ya no sería tiempo, sino eternidad. Si, pues, el presente,
para ser tiempo es necesario que pase a ser pretérito, ¿cómo
deciros que existe éste, cuya causa o razón de ser está en dejar de
ser, de tal modo que no podemos decir con verdad que existe el
tiempo sino en cuanto tiende a no ser?”.
San Agustín de Hipona. Cfr. Confesiones. Xl, 14, 17.-
Bueno, ¿qué es el tiempo? Todo está en relación, y lo que vivió el pueblo de Israel, el pueblo elegido por Dios, es lo que estamos viviendo, no ahora, en todas las épocas. Somos su pueblo, y vale para siempre lo que nos dijo.
No dijo, cuando nos dio los mandamientos: interpretadlos, ¡no!, son estos, estos son; no dijo ¡no matarás!...pero bueno, hasta la séptima semana, puedes matar, y a partir de aquí, ya no...dijo, y claro, no añadió nada más: ¡no matarás! Es claro, nosotros no. Somos unos listos, que nos creemos que podemos interpretar la palabra de Dios y acomodarla a nuestros intereses, y así nos va, por ir de listos, porque de inteligentes nada...de nada...
Dios hace una alianza con su pueblo, un pacto de amistad y hay que tomar conciencia de lo que significa, y guardar en la memoria la enseñanza de la Iglesia, que nos recuerda la importancia de esta alianza para la salvación de la humanidad. Despertar este compromiso y rezar, dando gracias a Dios por la alianza que hace con nosotros y pidíéndole ser fieles a ella. Y no hay otro camino, porque ese es el Camino, no otro. Es claro.
Cuando dices lo de Abraham, claro, ¡cuántas veces se lo digo! Se fio hasta tal punto de sacrificar a su hijo, algo impensable, pero se fiaba. A mí Abraham me emociona, pero no como algo del pasado ¿qué es el tiempo?, sino como algo del presente, de ahora, es igual...es lo mismo...debemos mantener la alianza...Dios no falla,los que fallamos somos nosotros... y todos...la historia es cíclica...un diez no ¡un veinte!
Esta vez me pasé de lo lindo.
El resto:
Ayer me regalaron un rosario precioso; hablo tanto del rosario, con mucha alegría, ¡cómo lo voy a callar!, que me regalaron uno pequeñito, para llevarlo siempre conmigo, de abalorios, de unas misiones de Uganda, precioso...mira que últimamente lo pensé para rezarlo por la calle, y ayer lo recibí de una persona muy querida, me puse contentísima. Me lo regaló la viuda (compañera y amiga de grupo)de un amigo que murío de cáncer; no le operaron, porque no podían, y estuvo 4 años con quimio y radio sin perder la fe, con altos y bajos, pero luchaba...un querido amigo que, cuando murió, con mucha paz, nos transmitió que lo que llevávamos años diciendo, era verdad, que él lo estaba sintiendo en el momento de la muerte, como mi padre me lo transmitió a mí...por eso cuando nos decías que no querías operarte, no lo entendía, pero ¡si la operación era clave!...ahora a recuperarte pasito a pasito...
Más contenta que unas pascuas llegué con mi rosario a casa...
Estoy sorprendida con la entrada de hoy, parece que me has leído el pensamiento.
Un abrazote.
Voy a comprar el libro de Tolkien. No espero a ver a película. Se me amontonan los libros, pero poco a poco...
De la imagen y el vídeo ¿para qué decir? ¡preciosos!, además sé, porque se nota, que de soberbia nada, y eso me encanta...
¡Ala!, otra vez un comentario largo... pero leo lo mismo que pienso, y es una alegría para mí, al 100% coincidente...y con iguales argumentos...
Arcen tu entrada me ánima mucho a pedir mi conversión y la del mundo entero.
Gracias Arcen!!
Unidos en oración.
DTB!!
No se puede dejar la lucha para otros, hay que luchar porque uno puede ser la diferencia.
Gracias brother.
un abrazo sanador.
Te dejo un enlace muy interesante que puede que conozcas, es muy bueno:
http://www.leynatural.es/2013/01/02/que-significa-ser-tradicional/#more-3299
Nuestro Padre en la fe, es mi personaje de la Biblia más auténtico y más querido. Ojalá todos pudiéramos imitarle.
BESIÑOS,ARCENDO, de buenas noches nos dé Dios.
Otro Franco que volviera...
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