D. ALEJO SE EQUIVOCA.

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Para más de uno, que yo calificaría de ingenuo bienintencionado, la aceptación de las enmiendas de Alejo Vidal Cuadras, a la ponencia política del próximo Congreso valenciano del PP; suponen una vuelta a la cordura. Para mí, no. Las cosas siguen como estaban, es decir en la huida imparable y suicida de la derecha al centro, por parte de la cúpula genovense.
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No es que me moleste, ni mucho menos, que personas tan decentes y rectas como Vidal Cuadras, tengan voz en el Partido; todo lo contrario. Pero que nadie se equivoque, todo responde a la nueva estrategia del Partido gallardonita.
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En estos momentos, ya no es Rajoy el que mueve los hilos; don Mariano se ha dejado hipnotizar por los cantos de sirena progres del Alcalde de Madrid, y este que es astuto y ladino como ningún otro, sabe bien, que de cara al Congreso y a la opinión pública, no es bueno, en estos momentos, provocar más cisma del que hay.
A estas alturas de la película, las propuestas de Vidal, ni quitan, ni ponen; ya las ponencias están muy avanzadas y a Gallardón no le cuesta nada llevarlo como lastre, para soltarlo en el momento oportuno, cuando ya tenga la sartén por el mango.
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El problema del próximo Congreso, es que va a dejar muchas lagunas, en lo respecta a la democratización del Partido, que necesita como agua de mayo, unas primarias, así como abogar por las listas abiertas y otras muchas cuestiones, que debieran ser prioritarias para un partido que dice defender la libertad.
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Lo que más escama del nuevo Partido Popular, son los elogios que están recibiendo desde la izquierda y sobretodo que d. Mariano se haya dejado engatusar tan fácilmente.
Esto no es más que el signo que demuestra que Rajoy carece de principios sólidos y se deja llevar por el viento que sopla, con el punto de mira puesto, tan sólo en el poder por el poder.
Chirría demasiado que Rajoy fuera capaz de reunir en la plaza de la Hispanidad o Plaza de Colón (nunca plaza roja), a casi dos millones de personas, con un memorable y encendido discurso en defensa de España y de sus valores; y ahora esté postulando planteamientos tan diametralmente opuestos. La señal más clara de este cambio tan radical, lo encontramos, sin ir más lejos, ese mismo día. Los que flanqueaban a Rajoy aquel día, a la derecha, María Sangil y a la izquierda José Ortega Lara, hoy están fuera, y además son los renegados del nuevo PP.
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Así pues, a pesar de la aceptación de las propuestas de Vidal, el nuevo Partido Popular, no me convence. Para Vidal, que es persona honrada y bienpensante, es una demostración de cambio a mejor; sin embargo, yo que soy más desconfiado que el bueno de D. Alejo, me decanto más, por el -piensa mal y acertarás-.
Los planteamientos del nuevo partido centrista están muy “alejados” del PP que fue, y no precisamente porque hayan aceptado sus proposiciones, ¡por favor, D. Alejo, no se equivoque!.
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El cambio más que cambio es mudanza de valores, ideales y principios; y los que ahora ambiciona el nuevo equipo, desde luego ni son los míos, ni nunca tendrán mi apoyo.

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