CLAUDEDEU DIXIT. ¡¡CHAPEAU!!

Afortunadamente los amigos no se pierden y menos aún los hermanos, que si no son de sangre, si lo son de espíritu que muchas veces el vínculo es mucho más fuerte.
Mi añorado Claudedeu, presidente de la gran República de Guadalmecín, ahora en un exilio voluntario y esperemos que breve, me pide, al no tener activo su blog, que transcriba un excelente artículo sobre la última infamia de este desgobierno. Para mi es un placer y un honor que se acuerde de este blog para hacer llegar a sus lectores su ágil verbo y sus reflexiones acidas e inteligentes. Yo no tengo más que hablar, solo poner la alfombra roja y dejar que hable la sabiduria de mi hermano Claudedeu.

SONATA EN SI BEMOL DE UN BASTARDO SIN ALMA

by Nicolás Claudedeu.

"Qué guapo, qué esbelto, qué color de piel, qué musculatura, qué todo. Qué pose, qué arte, qué garbo, qué poderío, qué mirada, qué todo. Qué compañía, qué abrazo, qué sonrisa, qué risa, qué carantoñas, qué cariño... Qué asco. Qué indignación, qué rabia, qué dolor, qué suplicio, qué tortura pensar en aquellas familias que han visto fustigadas sus vidas por ese que ahora sonríe y se abraza a su mujer, como si fueran una familia normal y bien avenida, muy pijos ellos, él con un polo de jugador de golf, ella con unas extensiones de veinte euros la pieza, y los escoltas que debieron proteger alguna vez a los amenazados por la ETA ahora protegiendo la vida del que amenaza.

Qué bien está todo en este país, Madre del Amor Hermoso, qué ejemplar la visión apocalíptica para otras democracias, qué manera de aplaudir a la justicia, a los jueces, a todo el sistema del Estado de Derecho, que con sus anticuadas leyes y sus intereses particulares -que no para con la ciudadanía- han permitido una situación como la que aquí se da, en la que el juzgado ha pasado en prisión 25 años por 21 muertes, a menos de un año por muerto, echando cálculos estáticos quedan en ocho por cabeza, mientras otros perecen en Villabona 22 años de sus vidas por robar una caja, sin hacer más daño moral que el gritar "dame todo el dinero", posiblemente para saciar su adicción a las drogas, y sin intención de matar a la dependienta del establecimiento. Qué besamanos y qué genuflexión deberíamos hacer ahora a la justicia, orgullosos de su incansable peripecia a la hora de castigar a los injustos.

Qué bien se deben sentir ahora las familias de los 25 asesinados por De Juana. Qué alegría deben tener en el cuerpo los familiares de Vicente Romero González, Juan García Jiménez, Esteban del Amo García, Fausto Escrigas Estrada, Eugene Kent Brown, Juan Carlos González Rentero, Vicente Javier Domínguez González, Juan José Catón Vázquez, Juan Mateos Pulido, Alberto Alonso Gómez, Ricardo Sáenz de Ynestrillas, Carlos Vesteiro Pérez, Francisco Casillas Martín, Jesús María Freixes, Santiago Iglesias Rodino, Carmelo B. Álamo, Miguel A. Cornejo Ros, José Calvo Gutiérrez, Andrés José Fernández Pertierra, Antonio Lancharro Reyes, José Joaquín García Ruiz, Jesús Gimeno Gimeno, Juan Ignacio Calvo Guerrero, Javier Esteban y Ángel de la Higuera López. Qué bien pensar que la vida de un familiar vale menos de un año para el que lo ha matado. Qué manera de dictaminar justicia: a la torera, sin remordimientos, sin un ápice de dignidad o de entromisión en el caso, como pasando por alto las cosas, no vaya a ser que el que se meta con el pijo asesino se lleve un disgusto. Qué arte y qué garbo, señores jueces: permítanme el enojo, pero uno revienta y no tiene a bien el saciar su indignación con nadie. ¿Cómo es posible que de una condena de 3000 años un terrorista salga a la calle con sólo 21 cumplidos? Quedan aún 2979 años por tachar en el calendario, día por día, aficción absurda que deberían tener De Juana y otros asociados a su causa -no sé muy bien qué causa- en prisión, sin atenuantes, sin privilegios, sin visitas de organizaciones no gubernamentales que mucho se preocupan de la salud del asesino pero no de la humillación que sufren las familias de los asesinados. Qué bien todo. Bravo, bravísimo, señores de la justicia.

Y qué grande la situación para un momento como el actual. Qué gran misión humanitaria la de dejar olvidado en la calle a De Juana, a Irati, sin poder copular a sus anchas con una buena cama de por medio, en el hospital, o sin poder dar los paseos necesarios para su rehabilitación, enfundados en chándals de Centro Reto, porque el pijo es insolvente y no puede indemnizar a sus víctimas, no vaya a ser que el pijo asesino se quede en la calle durmiendo bajo un cartón. Ahora ya no serán necesarios: el jamón York le ha sentado tan bien que ha recuperado el color de la piel, otrora muy pálida, quizás por los carotenos del alimento, o quizás porque también gozaba de tumbona de playa y de protector solar, todo a cuenta del contribuyente, es de suponer. Ahora ya recuperó sus quilos y no tiene necesidad de meter barriga, mientras informes manipulados y periodistas por afición hablaban del Apocalipsis y de la hipótesis de un etarra mártir: "San Ignacio De Juana Chaos, Libertador de Euskal Herría, mártir y asesino". Y la verdad es que se le ve tan bien que uno no es menos a pensar: "Oiga, ¿y por qué no voy yo a matar a 25 personas si me van a dar ese trato de favor en la cárcel?" Todo está bien, madre, apenas sangro: todo está mejor que antes, más masa corporal, mejor compañía, boda firmada en territorio del Estado opresor, goce y disfrute en las instituciones penales de España. Y en todo ese tiempo, lo único que no cambia es su mirada, esa mirada de odio, esa mirada tenue y fría, indisciplinada, que sigue riéndose de todos aquellos que sufren por su salida, de todos aquellos que ven como un tormento, como una daga clavada en sus corazones, la salida del asesino, del hideputa, del bellaco, del bastardo sin alma."

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Pdta. Gracias Nicolás, que no sea el último, siempre a tu disposición.

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