¿VICTIMAS O VERDUGOS?

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Últimamente, se viene observando un hecho casi axiomático: La utilización masiva del victimismo. A esta eficaz moda, se apuntan todos; es un recurso infalible, para todo aquel, que pretenda llamar la atención a sus reivindicaciones de forma masiva, sean estas justas o no tanto.
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Estamos cansados de ver en los medios, ejemplos que corroboran esta realidad.
De Juana y todos sus compañeros etarras dicen ser víctimas de la represión española.
Las feministas son víctimas incomprendidas porque se les niega su “derecho” al aborto y a hacer de su cuerpo lo que les venga en gana.
El lobby gay se siente atacado porque no se les permite adoptar, y por eso son víctimas de esta sociedad de carcas homófobos.
Y los jóvenes son víctimas de la coacción paterna, y de unos planes de estudio, y un profesorado inhumano que les obliga a educarse y que ni les deja hacer botellón.
Todos son víctimas. ¡Vende ser víctima!.
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Lo que ocurre es que estamos tan terriblemente confundidos, que nos llegamos a creer como cierto lo que no es, materializando así, aquel viejo dicho de Joseph Goebbels: “Una mentira dicha mil veces, se convierte en verdad absoluta”. La triste realidad es que, la manipulación y la perversión de los términos funciona.
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Vayamos por partes, el diccionario de la Real Academia Española de la lengua, define víctima en su tercera acepción, como “Persona que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita”. Si nos acogemos a esta descripción, en busca de justicia, podemos vislumbrar lo erróneo y manipulado de los comportamientos actuales. Así, las víctimas reales pueden asomar y exigir su atención.
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- Porque la realidad es que los etarras no son víctimas, sino asesinos de vidas y de la convivencia pacífica. Sus víctimas que ya se cuentan por cientos, son los “que padecen daño por culpa ajena”, por su culpa y además de forma salvaje y sanguinaria; víctimas del tiro en la nuca y de la bomba lapa. Víctimas amordazadas una y otra vez por el terror y por este desgobierno que se empeña una y otra vez, en silenciarlas, en aras de sus vergonzosas negociaciones sotto vocce.
- Porque la realidad es que esas feministas chillonas, no son las víctimas; sino las culpables, junto con quienes las alientan en sus deseos asesinos. Las víctimas son los miles de niños que no van a nacer, las millones de vidas que se están perdiendo en el mayor genocidio humano de todos los tiempos.
- Porque la realidad es que el lobby gay progre, no es víctima de nada, ni para nada. Las víctimas somos todos los ciudadanos que hemos de aguantar sus inmoralidades descaradas en plena calle y sobretodo lo serán, los inocentes niños que serán adoptados gracias a una permisiva ley anti-natura.
- Porque la realidad es que esos cachorros de vida muelle, mal educados y mejor adoctrinados tampoco son víctimas. Las verdaderas víctimas son sus sufridos progenitores cada vez con menos derechos y sus educadores cada vez más cohibidos, atenazados y coaccionados por omisiones o leyes tremendamente permisivas que posibilitan que el respeto al mayor sea una utopía.

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PORQUE, como dice el diccionario y repito de nuevo, las víctimas, son todos aquellas personas que "padecen DAÑO por culpa ajena. Y para todos estos que se consideran, así mismos, víctimas, me quedo con la locución coloquial también recogida por nuestro diccionario:
“1. loc. verb. coloq. Quejarse excesivamente buscando la compasión de los demás.”. Y yo añadiría –con embustes injustificables-. Porque lo que pretenden sobretodo es engañar. Y esto ni es de recibo, ni es moralmente aceptable.
Pero lo peor de todo, es que a su favor, cuentan con un desgobierno que les hace caso, les ampara y defiende, poniéndose a su mismo nivel de inmoralidad y mentira.
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Basta de manipulados victimismos y de eufemísticos engaños. Todos sabemos muy bien, quienes son las víctimas y quien los verdugos, ¡Hablemos con propiedad!; porque aquí todos somos víctimas propiciatorias de este mal gobierno.

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Para ilustrar este post, viene como anillo al dedo este vídeo que, aunque se hizo para una convocatoria de una manifestación ya pasada, muestra perfectamente lo que quiero decir, y desvela muy bien, quienes son los que de verdad merecen todo la atención y respeto que el desgobierno les niega.

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