SOLICITO SENTENCIA: ¿CULPABLE O INOCENTE?

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No pensaba escribir hoy nada más, esperaba tranquilamente que llegaran las notas musicales a mi blog, como cada fín de semana; pero hay cosas que no soporto y por eso, magullado que no vencido, retomo el teclado para hacer una breve pero solemne declaración de principios.
¡Y que mejor día para hacerla que hoy, día 20 de Noviembre!
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Me han acusado de integrista, fundamentalista, y…. FACHA; pues a todos esos les diré… ¡A MUCHA HONRA!
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Vayamos por partes, sí, soy integrista porque:
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Porque creo que la Historia y la Tradición son la base del desarrollo humano.
Creo que hay ciertos principios que no pueden ser alterados por las modas.
Creo que las cosas están mejor integras –enteras- que no disgregadas y separadas.
Creo que la honradez y la rectitud, nunca se debieran haber abandonado.
Creo que es mejor ser auténtico, de una pieza, que influenciable y chaquetero.
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La integridad implica rectitud, bondad, honradez, intachabilidad; alguien en quien se puede confiar; sin mezcla extraña; y sobre todo, vivir en concordancia con nuestro estado de conciencia más elevado. Por tanto, si, soy integrista y a mucha honra.
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También soy fundamentalista y lo soy, porque:
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Pienso que fundamento quiere decir base y cimiento.
Porque los cimientos son el comienzo de cualquier actividad humana.
Porque creo en la necesidad de tener sustentos sólidos, en ética y moral.
Porque defiendo la libertad y el respeto.
Porque sé que la solución a todas las crisis pasa por la radicalidad del AMOR.
Por tanto, por eso, asimismo soy fundamentalista.
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Y por último también soy facha, o al menos, lo que el vulgo entiende por tal, y lo soy porque:
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Siento orgullo de ser español.
Porque me gusta mi bandera.
Porque se me pone la piel de gallina cuando escucho mi himno.
Porque tenemos un idioma precioso, rico y fecundo.
Porque pienso que tenemos una gran Historia que debemos honrar
Y además porque me encantan la tortilla, la paella y los pasodobles.
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Por eso y por mucho más, soy facha, que le vamos a hacer, ¡Quiero a España!.
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Pero si a todo eso sumamos que soy militante Católico, el cocktail ya es molotov. Porque en esta cuestión si que soy fundamentalista, ya que mi verdadera y única base es la Roca que es Cristo y su Palabra.
“Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?” (Salmos 11.3). Si ser fundamental en términos religiosos significa no ceder en lo concerniente a la Palabra de Dios, soy fundamental. Si ser fundamental significa luchar por que se mantengan los principios en la Iglesia, soy fundamental. Si ese fundamento es Cristo y Su Palabra, soy y seré fundamental. Ahí no admito fisuras.
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No me gustan las imposiciones, los nacionalismos, los pancarteros, los chorizos, los chaqueteros, los intolerantes, los maleducados, los asesinos, los que pactan con ellos, los que se manifiestan solo cuando cobran, los que solo escuchan lo que quieren oír, los mentirosos, los que anteponen los derechos de unos pocos sobre los derechos de la mayoría,... por todo esto también me acusan con tan graciosos epítetos que acepto encantado.
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Probablemente la raíz de esas supuestas ofensas vienen porque ya soy incapaz de creerme una sola palabra de toda esa pedagogía pseudocientífica de discurso vacío. Porque creo en la vida, porque no apoyo esas leyes perversas que atentan contra ella. Pero no ofende quien quiere, sino quien puede.
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Los católicos tenemos ahora un reto que nos presenta la Palabra de Dios en estos tiempos donde el liberalismo, el relativismo y el posmodernismo han arropado las mentes de miles de millones de personas en el mundo, y vamos a presentarles batalla desde la educación, que ellos no tienen y desde el respeto, pero sin amilanarnos, sin complejos, con la fuerza de la razón que nos da la fé que profesamos.
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Hoy es 20 N y el que más y el que menos, se acuerda de la efemérides que celebramos, hoy yo, me presento desnudo y desarmado como aquel ejercito del 36, solo soy yo y mi nombre. Me han llamado muchas cosas, y solicito el juicio de los sabios, una vez leído mi alegato, juzgad vosotros mismos y disculpad mi pasión y mis posibles excesos.

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