LA SONRISA LUMINOSA

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Todo parece árido, en contraste con esta criatura. La luz, ilumina la noche y en sus brazos descansa toda la Hermosura.
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Ya huele a Navidad, Nuestro Jesús viene, y con Él, la esperanza para el mundo.
A pesar de todas las tristes experiencias que nos comunica este mundo, de tanta sangre y de tanta injusticia; María es parte de nuestra historia, la global y la personal, y no solo es señal de Alegría, sino que también es la causa y da a nuestra vida un sentido profundamente radiante. ¡María nos abre las puertas a lo infinito!
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Afortunadamente a pesar de lo que desearían algunos, la iconografía mariana es muy amplia en nuestra cultura. Hay cuadros y esculturas de todas las formas, de todas las razas y de todas las advocaciones. Los retratos de la Madre son muchos y cada uno encierra un significado.
Vivir la fe bajo esa dimensión marial, es un sólido soporte para la vida espiritual de los creyentes pues casi todas las imágenes de MARÍA, transmiten un gran contenido doctrinal. Como por ejemplo el dogma, que acabamos de celebrar de la Inmaculada Concepción, llevada al lienzo tantas veces por nuestro genial Murillo.
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Pero acercándonos a las fechas en las que vamos a vivir, otra vez, al nacimiento de Nuestro Salvador, quisiera yo fijarme en ciertas imágenes, que nos acercarán al gozo del acontecimiento. Porque con estas palabras empezó nuestra redención: “¡¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!! Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.”
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Así, al igual que durante ciertos siglos, dentro del marco de la religiosidad popular existen muchas y muy veneradas vírgenes negras, de las cuales por su interés, hablaremos en posts sucesivos, también persisten en nuestros templos numerosas imágenes de Vírgenes SONRIENTES.
Dentro de este contexto, hay que decir que, principalmente estas imágenes “sonrientes” tienen su origen en Francia y son muy numerosas, pero hoy, para no alargarnos me quiero fijar concretamente en tres, muy especialmente
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La primera, precisamente es francesa y recibe el precioso nombre de “La Virgen de la Sonrisa”. De esta talla, dicen que es la escultura de la Virgen, ante la cual Santa Teresita del Niño Jesús, se sintió curada de la tristeza y depresión que tenía cuando era niña.
El 13 de mayo de 1883, en la fiesta de Pentecostés, estando Teresita en cama, se vuelve hacia la imagen que se encuentra al lado de su cama, y de su experiencia, relata lo siguiente.
“De repente, la Santísima Virgen me pareció hermosa, tan hermosa, que nunca había visto nada más bello. Su rostro respiraba bondad y ternura inefables. Pero lo que me llegó hasta el fondo del alma fue la encantadora sonrisa de la Santísima Virgen.
En aquel momento, todas mis penas se desvanecieron...¡Ah, pensé, la Santísima Virgen me ha sonreído, que feliz soy!”
Este es el retrato de tan querida y venerada imagen:

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Las dos siguientes, son muy curiosas. Estan en España y se trata de dos tallas gemelas situadas en distintas iglesias de la ciudad de Toledo.
La más conocida es la “Virgen Blanca”, que está en la Catedral toledana; la otra, dicen que la original, se encuentra en la Iglesia de Santo Tomé, y es conocida también como la “Virgen de la sonrisa”.
Esta última es una obra realizada en alabastro policromado, que representa a la Virgen con el Niño Jesús en sus brazos.
María sostiene con la mano derecha al Hijo, mientras que posa su mano izquierda en el pecho del Niño. Jesús mira a su Madre, y con un gesto tiernísimo, coge con su manita la barbilla de Ella.La disposición de los ropajes de la Virgen y el Niño también es exacta a la de la Virgen Blanca. La efigie mariana viste saya ceñida a la cintura por un fajín, formando pliegues que caen a la derecha, sitio hacia el cual arquea graciosamente su cuerpo, lo cual otorga movimiento a la escultura. Ésta se encuentra policromada en rojo y estofada en oro con motivos florales.
De los hombros de la Señora cuelga el manto, policromado en azul y estofado en oro con estrellas y hojas, quedando plegado sobre ambos brazos. La rubia cabellera de María queda cubierta con un velo blanco y tocada por corona real abierta, que ha perdido en su frente las flores de lis que la adornaban.
El Niño aparece vestido con túnica blanca y manto verde, ambos estofados en oro.
Estas vestimentas, que siguen los modelos de las prendas nobles de la época, subrayan el carácter real de la divinidad, ya que presentan a Jesús y María ataviados como soberanos.

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La imagen data en el siglo XIV, y al igual que el supuesto simulacro catedralicio es de origen francés. Como ya hemos dicho, es en el país vecino donde aparecerán estos modelos de vírgenes sonrientes que interactúan con el Niño, partiendo de la Virgen (1290), situada en el parteluz de la portada meridional del crucero de la Catedral de Amiens.
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Sea de una manera u otra, estas imágenes sagradas de María tienen un tinte histórico-cultural devenido en una marcada y profunda nota de identidad católica. Todas tienen personalidad propia y están llenas de historias y leyendas plenas de calor y color; además de poseer una importante carga sentimental-afectiva de gran importancia, para todo el pueblo cristiano.

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Es por eso, por la ternura y simpatía que despiertan, por la alegría que provocan, por el cariño que estimulan, por lo que hoy he querido traer hoy, aquí, estos preciosos retratos de Nuestra Madre, en vísperas del acontecimiento más importante de su vida y de nuestras vidas, la Natividad de su querido Hijo, Nuestro Salvador.
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ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA SONRISA
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Virgen de la sonrisa,
Madre de la alegría.
Vengo a ponerme
delante de tus ojos buenos.
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Necesito esa luz de tus ojos serenos
y esa esperanza de tu rostro amable.
...
Te doy gracias María,
porque estás a mi lado
en todos los momentos.
...
Cuando sufro, tengo tu alivio.
Cuando estoy feliz, compartes mi gozo.
Vengo a buscar tu ayuda de Madre
para mí y para todos mis seres queridos.
.....
Te pido que hagas nacer en nosotros a Jesús.
Así podremos vivir con alegría,
y saldremos adelante
en medio de las dificultades de la vida.
...
Danos fortaleza, paciencia, valentía,
y mucha esperanza para seguir caminando.
Madre de la alegría,
derrama tu consuelo
en todos los que están tristes y cansados,
deprimidos y desalentados.
...
Que la hermosura de tu rostro,
lleno de fuerza y de ternura,
nos llene a todos de confianza,
porque comprendes lo que nos pasa
y somos valiosos
para tu corazón materno.
...
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Amén
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