LA VERDAD por CAMINOS DIFERENTES

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Atendiendo a la máxima bíblica, “el que busca, encuentra”, es permanente en este blog, la intención en la búsqueda constante de la Verdad. Esa lucha, no significa que me cuestione ¿Qué es la Verdad? O ¿Dónde está la Verdad?; puesto que SÉ de Aquel que dijo se sí mismo: “Yo soy el Camino, LA VERDAD y la Vida”.
Y teniendo pues, esa certeza, estoy tan imbuido en ese averiguamiento, que a menudo hallo músicas, películas, obras de arte y en este caso libros y autores, que curiosa y gloriosamente de algún modo, me conectan con esa Verdad perseguida.
A veces, me sorprendo porque son solo pequeños detalles los que me ayudan y en otras ocasiones, son personas u obras enteras, en los que me encuentro de frente, con una luz, con un mensaje -práctico-, que además de ayudarme a mí, me obliga a transmitirlo de algún modo y con todas mis fuerzas.
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Es este el caso, y me refiero a las obras de grandes escritores como Tolkien, Wilde o Chesterton…; y de otros, que además de ser fantásticos en el arte de la pluma, también fueron grandes místicos y muchos de ellos, grandes santos.
Entre estos, están la Madre Teresa de Ávila, San Juan de La Cruz, San Agustín, o más recientemente…., Edith Stein o San Rafael Arnaiz; todos ellos con unos escritos, realmente excepcionales en todos los sentidos.
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Enlazando con esto y volviendo al principio, sobre la permanencia de mis propósitos, me acusaré también, de realizar mis pesquisas hacía la Verdad, con ciertos elementos recurrentes. Como por ejemplo, libros y escritores que aparecen aquí con cierta frecuencia, como el citado Tolkien.
Un blog en cierto modo, no solo es un lugar de encuentro, sino también es un campo de sembrado de experiencias, de exponer las propias y recabar las ajenas, para tratar con todas ellas, intentar llegar….A LA VERDAD…; de nuevo, esa es la meta.
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Otro de los que aparecen aquí, con cierta asiduidad es George Orwell, sus dos obras principales “Rebelión en la granja” y “1984”, son dos de las mejores distopías literarias, de las que podemos sacar muchos provechos.
Sin embargo, reconozco y entono el “mea culpa”, que en realidad hemos traído por aquí, muy poquito al autor, de la otra gran obra distópica de la literatura mundial. Me refiero a Aldous Huxley y a su conocidísimo “Un mundo Feliz”.
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El proceso vital de Huxley es curioso, pero afortunadamente, no es único. Diría que, le pasó lo mismo que a André Frossard o Chesterton, pero de otra forma. Me explico, Aldous Leonard Huxley (1894-1963) mutó de agnóstico hedonista a místico apasionado y apasionante…, ¡por exceso!.
Creo que una frase de William Blake, define o explica someramente, en cierto modo, su postura: “El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría”.
En cierta manera, es un camino parecido al de Pierre Drieu La Rochelle y a Yukio Mishima que llevando a sus pensamientos al extremo, acabaron suicidándose. Algo inaceptable para un católico, pero…, ciertamente comprensible para un místico.
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En este punto, abro paréntesis; para recordar la excelente obra de Vallejo-Najera sobre Mishima. En la que se cuenta el desarrollo del gran escritor japonés, varias veces cercano al Nobel, y se intenta explicar su inusual y muy interesante trayectoria, que le llevó al consabido fatal desenlace.
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Cerrando paréntesis. Afortunadamente a Huxley no le dio por ahí.
Cuando descubrí, hace ya algunos años, “Un mundo feliz”, “Brave new world” descubrí una de las más brillantes novelas sobre las anti-utopías, jamás escritas….; Pero en realidad al escribir "Un Mundo feliz", Huxley era en aquellos tiempos un hombre perdido. Alguien que se atrevería a invertir la conocida frase de Marx, “la religión es el opio del pueblo”, por “el soma es la religión del pueblo”.
Sin embargo, ahondando más en la biografía de Huxley, años después nos encontramos con un hombre totalmente distinto y mucho más esperanzado y esperanzador...

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Del “Mundo Feliz” que es de 1932, hasta… “La filosofía perenne” que está fechado en 1944…, no solo distan doce años de distancia temporal, sino toda una feliz trayectoria espiritual.
“The perennial philosophy” es un excepcional tratado de metafísica, es un compendio genial de citas y análisis recogidos de todas las tradiciones religiosas.
Pero principalmente…., toda la base, radica en la herencia del Maestro Eckhart, místico turingio autor de obras tan significativas como “El libro del Consuelo divino”.
Huxley no sólo venera al Maestro Eckhart, sino que lo hace casi co-escritor de su libro, incluyendo numerosas citas de él.
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Fue Huxley un escritor, sobretodo en este último período, ciertamente desconocido a nivel popular, pero nunca perdió el tiempo, especulando, sino que estaba practicando una disciplina rigurosa, para llegar al mismo punto que deseamos nosotros: a la VERDAD.
Él mismo que ANTES, había escrito, que el soma era “un cristianismo sin lágrimas”, POSTERIORMENTE entra en el convencimiento absoluto, que una disciplina espiritual sin sufrimiento (Sin cruz) es completamente imposible.
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Los senderos de Dios son inescrutables, y probablemente sus caminos fueron distintos a los nuestros, me refiero a algunos atajos que Huxley utilizó (además de Eckhart, navegó también por religiones hindúes). Sin embargo…., su mística -final- persigue y creo que encuentra, la misma meta que nosotros: el conocimiento y la búsqueda de LA VERDAD.
Sus últimas obras, como por ejemplo “Time must have a stop”, están tan llenas de luz y calor que hacen olvidar todas las penas y desesperaciones de su magnífico “Mundo Feliz”, y nos acerca de manera sorprendente a nuestra propia gran esperanza evangélica.
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PDTA. Huxley fue un hombre de saber enciclopédico fruto de su gran curiosidad intelectual, y además aunque lo desconozcamos, tuvo una vida muy interesante y una extensa producción literaria. Para finalizar, os invito a pinchar en la, no siempre fiable Wiki, para saber un poquito más de él. Creo que en esta ocasión, sí merece la pena. (Ver enlace).

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