lunes, 11 de abril de 2011

EXCELENTES Y EXCEDENTES


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¡Bolsa caca! ¿Recuerdan ustedes aquella nefasta publicidad, en lenguaje tarzanesco, de unos conocidos centros comerciales?
Al parecer, aquel marketing, además de ser la mofa generalizada, no dio los resultados esperados y las bolsas de plástico han vuelto a esas grandes superficies y además… ¡cobrándolas!
Sin embargo, creo que sí hay alguien a quien le funciona ese infantil maniqueísmo del bueno/malo. Cada vez estoy más convencido, que la izquierda española, maneja como nadie esos sencillos estereotipos y consignas bobas y la eficacia es… casi absoluta.
Pero..., hasta el mejor marketing acaba fallando con las mentiras..., la verdad es tozuda.

Ahora que está tan de moda, lo del "Bachillerato de calidad" propuesto por Esperanza Aguirre para alumnos que se esfuercen y demuestren capacidades, me vino a la memoria una historia, muy ilustrativa. Conviene recordarla ahora, que muchos ya, sin conocer muchos más datos, se han tirado a la yugular de la pobre presi.

Cuentan que en una Universidad, no sé si de un ficticio país bananero, se produjo un debate en la clase de Economía.
Los alumnos, “bien adiestrados” en las ideas gubernamentales, sostenían que el Socialismo era el mejor de los sistemas posibles.
Con el socialismo bien aplicado, desaparecerían las odiosas clases sociales; no habría ricos, ni pobres, todos vivirían bien porque todos serían iguales. Es decir:
La producción y la riqueza siempre deberían ser repartidos equitativamente entre todos, para el beneficio común”.

El profesor les escuchaba interesado y antes de darles una contestación, les propuso un experimento:
- Perfecto, dijo el profesor.
- De ahora en adelante, se hará un promedio, entre todos los estudiantes, de todas las calificaciones que obtenga cada alumno en sus exámenes. De tal modo que, uno cualquiera, haya estudiado más o menos, tendrá la oportunidad de obtener ese “beneficio del estudio y del esfuerzo común.”
Curiosamente, la nueva propuesta del profesor fue aceptada por aclamación. Por supuesto todos aquellos que iban peor en la asignatura (que eran mayoría) votaron a favor.

Así, al llegar al siguiente examen, la media fue de un "7´8" que compartieron todos, aunque no todos de igual talante.
Como es lógico, aquellos alumnos que se habían preparado mejor, incluso para una nota superior, estaban totalmente disconformes; mientras que, los que no habían estudiado tanto, se encontraban absolutamente felices.

Pero pasó una cosa, realmente curiosa… Llegó el segundo examen, y para esta segunda prueba, los estudiantes que estudiaron poco, viendo que los resultados, hicieran lo que hicieran, serían satisfactorios, estudiaron menos aún.
Pero…. los que sí habían estudiado en el primer examen, esta vez decidieron no empeñarse tanto.
Las causas principales eran dos, porque no querían esforzarse para otros más vagos que ellos y segundo, porque sabían que a pesar de sus desvelos, no iban a lograr nunca obtener un diez. Así que también estudiaron menos. La media del segundo examen fue de "6´5"

Al perderse el entusiasmo y el afán de superación el ánimo decayó. La motivación se desplomó. Nadie estuvo conforme y las notas fueron de mal en peor.
En el tercer y último examen la media fue de "4" y también fue “repartida equitativamente entre todos”. Todos suspendieron y eso fue causa de serios enfrentamientos.

Esa es la cruda realidad, esa fue la lección con larga moraleja de esta historia cuyo protagonista es un sistema -el socialismo-, más o menos utópico, en el que -todo es de todos y a la vez de nadie en particular-.
Así, las calificaciones que habían obtenido estos estudiantes, pertenecían a toda la clase y no a cada alumno. Esa es la extraña “justicia” de un sistema humanamente inviable.

Por todo eso, a pesar de lo que brame toda esa turba de orcos “igualitarios”; claro que estoy con Esperanza Aguirre, también.., en esta última iniciativa (Ver enlace).
Por supuesto que hay que incentivar las potencialidades de los que más se esfuerzan, de los que trabajan duro, de los que se sacrifican, todo eso.., hay que premiarlo. Hay que ayudar a los excelentes y hay que reconocerlos y llamarlos así, cuando lo merecen.

Hace ya algún tiempo, un gran personaje de la historia, pronunció un impresionante decálogo que bien pudiera aplicarse, para este tiempo, para estas gentes:

1.- No se puede crear prosperidad desalentando la iniciativa propia.
2.- No se puede fortalecer al débil debilitando al fuerte.
3.- No se puede ayudar a los pequeños, aplastando a los grandes.
4.- No se puede mejorar al pobre destruyendo al rico.
5.- No se puede elevar al asalariado oprimiendo a quien paga los salarios.
6.- No se pueden resolver los problemas mientras se gaste más de lo que se gana.
7.- No se puede promover la fraternidad y el progreso de la humanidad promoviendo e incitando al odio de clases.
8.- No se puede garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado.
9.- No se puede formar el carácter y el valor del hombre quitándole su independencia, su libertad y su iniciativa.
10.- No se puede ayudar a los hombres realizando por ellos permanentemente lo que ellos pueden y deben hacer por sí mismos.

El autor de estas diez claves maestras, pudiera haber sido algún peligroso subversivo desestabilizador de las sesudas tesis socialistas, pero fue nada menos que Abraham Lincoln. Un excelente presidente, que amaba la libertad y que entró en la historia por la puerta grande, que es algo, que jamás podrá hacer cierto excedente (ya sobrante), que ahora se despide, saliendo de la escena política, casi... por el portón trasero.

Este personajillo ha sido el ejemplo antagónico de la excelencia, y eso finalmente es imposible de esconder de forma permanente, ni insistiendo con recursos del mejor marketing, aunque otrora estas técnicas fueran eficaces. Gracias a Dios, nada es eterno; y eso lo saben hasta los suyos... A sus actitudes, me remito.
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5 comentarios:

Siempre dijo...

Fantástico el Decálogo, no lo conocía.
Mi película preferida, gracias desde Vicálvaro.
Besiños
Of topic/
Si puedes échale una mano a Bruce en la pequeña polémica surgida por la Mani en mi blog.
Aunque bruce nunca lo necesita, pero creo que no sabe que le han respondido.
Gracias, Arcendo.

Angelo dijo...

Cuando escuché la noticia, del bachiller estaba con Rosi, los dos dijimos al unísono. ¡¡¡ Por supuesto!!!Es hora de que se empiece a valorar la exigencia, el esfuerzo, el estudio y se dejen de excusas baratas que nos dejan a la cola de muchos sitios.
Un comentario a las bolsas de plástico. No puedo entender que paguemos por publicitar a quien nos
cobra la bolsa. Si la cobran que sea sin la marca del establecimiento.Yo he dejado alguna vez la compra en la cinta por ese motivo. Ahí soy como aquel personaje que interpretaba Paco Martinez Soria en Don erre que erre.
Abrazos

Militos dijo...

Supongo que te habrñas dado cuenta de que el comentario de SIEMPRE es mío.
Gracias y perdona

COOPERATRICES PARROQUIALES DE CRISTO REY dijo...

¡Muy bueno!

Boss dijo...

Totalmente de acuerdo Arcen.

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