EL (gran) VALOR DE LAS EXPERIENCIAS

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Como muchos sabréis este fin de semana va a ser muy especial.

Gracias a la visita de un “ángel”, nos vamos a ver algunos de los amigos/hermanos que nos hemos conocido gracias a los blogs. Va a ser poco tiempo, pero espero que intenso, lleno de anécdotas, emociones y bendiciones. De todas ellas, haré partícipes al resto de mis lectores en los próximos días.

Sin embargo, precisamente por el ajetreo que se anuncia, no sé cuando voy a postear de nuevo, probablemente el lunes próximo; por eso, os quiero dejar con una buena recomendación cinematográfica, para que su regusto dure más allá de mi ausencia y perdure mucho tiempo más.

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Acabo de ver esta película hace unos días y no puedo dejar de pensar en ella. El film, en cuestión, es un documental, pero nada, nada usual; Es toda una EXPERIENCIA que necesito compartir. Precisa y muy apropiadamente, esta película se titula “The human experience”.

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“La experiencia humana”, es un film que realmente “toca”, conmueve y lo mejor es que, enseña a valorar las cosas importantes y empuja a luchar, activamente, desde el perdón y por tanto desde el amor, contra las desigualdades y las injusticias humanas.

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El guión es muy sencillo. La película propone un viaje al mismo centro del alma humana.

Esta curiosa road movie, parte de la idea de un par de hermanos, que son capaces de atravesar medio mundo y vivir, voluntariamente en condiciones extremas, solo por intentar buscar respuestas sobre el sentido de la vida.

¿Vale la pena vivir?, ¿En que consiste vivir bien?, ¿Qué estoy haciendo yo con mi vida?; este es el tipo de cuestiones que nos plantean las vivencias de estos dos chavales de Brooklyn.

Ese viaje, ese círculo luminoso, se inicia en la poderosa “Gran Manzana”, llega hasta Kenya en el corazón de África, pasando por Perú y termina otra vez en Nueva York.

Son tres experiencias, en realidad cuatro, con la última como inefable moraleja final, y en cada una de estas historias, admiramos las agallas de estos dos jóvenes que por intentar dar respuesta a aquellas profundas cuestiones, son capaces de ser, durante unos días, auténticos "homeless" de la rica New York, de “ver” el dolor de los niños abandonados, minusválidos por maltrato;  de vivir la cruda, pero aleccionadora lección de los habitantes de una leprosería africana…

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Muchas de las personas que se muestran en este documento, deben afrontar la muerte todos los días, pero curiosamente, y en contraposición, al enfermo y deprimido “mundo occidental”, estas personas están llenas de vida, porque, sobretodo tienen fe; no han perdido la esperanza.

Muchos, carecen de coche, algunos no tienen casa y a lo peor a otros les falta un brazo, o incluso las dos piernas, y sin embargo, incomprensiblemente son felices y tienen un enorme y ejemplar deseo de vivir.

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No hay mucho más que añadir, solamente decir, aunque en nada le pone un mérito que ya de por sí tiene la película, que este documental ya ha cosechado más de 18 premios en festivales de cine. La mayoría de los galardones incluyen el de mejor largometraje o mejor película humanitaria; y es que no es para menos, su factura es impecable. Las imágenes son preciosas, espectaculares y muy bien filmadas, y tiene una banda sonora que no solo acompaña, sino que llega al alma; pero por supuesto su máximo activo es su capital humano.

Los actores, no son tal, existen y viven tal cual se enseña en la película. Al parecer, una de las cosas que se plantearon en los inicios del proyecto fue filmar sin apagar la cámara, pasase lo que pasase; así que, lo que se ve es lo que sucedió y ese es el gran valor de esta historia, su autenticidad, su conmovedora verdad.
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No es muy normal una propuesta así, en esta vanidosa época tan vacía de contenidos y tan llena de frivolidades, por eso…, estas terribles pero ejemplares experiencias humanas, se agradecen tanto y es de justa obligación, recomendarlas.

Así que, aquí os dejo con un trailer de la peli. Ahora yo.., disfrutaré de la visita de mis amigos, en lo que seguro será otra –experiencia humana- inolvidable… que ya os contaré.
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