miércoles, 6 de julio de 2011

CONTRADICCIONES INTERESADILLAS

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De vez en cuando saltan a los medios, noticias que si el periodismo y la sociedad, siguieran una lógica coherente, no tendrían porque serlo. Y curiosamente estas “noticias” tienen siempre como protagonista central a la Iglesia Católica.
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La última ha sido, la de D. Antonio Fernández Blanco, el párroco orensano que fue suspendido por el Obispado de sus funciones pastorales por haberse presentado a las elecciones y tomar posesión como concejal del Ayuntamiento de su pueblo.
Pero este, no es un “deja vu” aislado. De infidelidades y de incumplimientos está el mundo lleno y no solo en la Iglesia, lamentablemente pocas instituciones se libran; pero…, ¡para eso están las normas!, y…, a nadie debería extrañar que cada cual, intente hacer cumplir las -REGLAS- que le son propias, e identifican lo que defienden.
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Recuerdo hace unos años un caso parecido, que también fue aireado convenientemente por los medios pro-laicismo (que son casi todos), para tachar a la Iglesia de lo que son ellos, es decir, excluyentes. La noticia fue esta:
El Obispado de Ciudad Real expulsa a una lesbiana de una hermandad religiosa” (Ver enlace)
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¿Es tan raro que una institución, tenga sus normas y por coherencia con sus sagradas creencias, las quiera hacer respetar?
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En el caso del “cura” gallego, la suspensión no vino, en razón del partido político al que este hombre estaba adscrito (el PSOE), aunque por ideología bien hubiera podido ser así; sino por un estricto cumplimiento de las NORMAS que se deben respetar, en función de la imagen que representa y la importancia de la labor que desempeña –POR DELEGACIÓN-
El Derecho Canónico prohíbe expresamente a los curas acceder a cargos públicos, en razón a la dedicación absoluta a su ministerio.
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En el caso de la “monjita desviada”, por supuesto el debate no está (aunque los medios quieran llevarlo por ahí), en la aceptación o no de la homosexualidad, propiamente dicha.
Los términos y las decisiones se toman en función del respeto a la institución y a las normas; que en ambos casos, estas dos personas sabían que debían cumplir rigurosamente.
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Cualquier club, asociación o agrupación, tienen ciertos preceptos para su ingreso o mantenimiento en los mismos; incluso los partidos políticos.
Si esto es así en el plano humano, ¿a que tanto revuelo cuando la Iglesia, pretende marcar sus límites?
La intención siempre es la misma, pintar un cuadro falseado de una iglesia injusta, cerrada y obsoleta, para cambiarla y hacerla a medida de los que quieren una Institución alejada de todos los principios naturales, morales y divinos.
El fín último es intentar prostituir esta Santa Institución para acomodarla a los gustos de una sociedad sin valores. Donde el amor no cabe, la fidelidad es cuestionada y la misma vida está en entredicho. Se empieza por desvirtuar todo y se acaba aceptando todo, dando por bueno, el divorcio, el aborto y todo lo que venga en aras de conseguir una libertad mal entendida.
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Estas personas que quieran vivir alejadas de la Iglesia son libres de hacerlo, de vivir su vida, e incluso de condenarse y perderla. Su libertad, aún mal entendida, es muy respetable; pero lo que no pueden hacer, es querer cambiar todas las normas para adaptarlas a su capricho.
La aceptación de los mandamientos (de todos), está en la esencia de la misma Religión. Las normas, siempre tienen su razón de existir.
Pongamos un ejemplo más… “gráfico”:
En el plano humano sería tan insensato como si yo dijera que quiero ser auxiliar de vuelo, pero como no hablo idiomas, los que tienen que cambiar son ellos y aceptarme para ese puesto; y en el plano religioso sería tan inconsecuente como decir, que aunque la Iglesia dice “No hurtarás”, si yo soy cleptómano, voy a pedir que cambien esa norma; ¡sería igualmente ¡absurdo! (por supuesto, estos ejemplos son aplicables a TODOS los mandamientos)
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La Iglesia en nada tiene que cambiar, es decir, si se tienen que aceptar unas normas o requisitos mínimos para pertenecer a cualquier asociación humana, por supuesto, en la Iglesia también; así que… si lo que quieres es ser sacerdote de Cristo y/o pertenecer a una cofradía RELIGIOSA, o simplemente mantenerte dentro de la fé de la Iglesia Católica, el consejo es que no hagas lo que DIOS NO QUIERE o lo que la Iglesia no admite (¡que es lo mismo!). Por lógica, entonces..., hacer lo contrario…, sería una contradicción en los términos.
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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni más mas , ni más menos, más claro el agua...
Completamente de acuerdo.
Abrazos.

Mento dijo...

Se puede decir más alto: EN MAYUSCULAS.
Pero no más claro.
muy bien dicho.
Un abrazo.

Militos dijo...

ESTA SOCIEDAD NUESTRA ES ANTINORMA PARA LO QUE CONVIENE.
Mira que la Iglesia tiene las normas más claras y acertadas que se pueden exigir, pero da lo mismo, todos tienen que opinar e implantar su voluntad. Y lo curioso es que a veces los interesados lo entienden, pero los de fuera son los que critican y atacan a la Iglesia.

En el post de abajo te dejé un segundo comentario que temo no ha entrado, pero te lo digo en éste. Me refería a lo maravilloso del banner del ojo/pez y sus preciosas pestañas.
Cada vez te esmeras más en el arte del dibujo y de la palabra escrita.No hay otro como tú, sabes que así lo digo, de corazón, desde que, años ha, te conocí.
BESIÑOS,MAESTRO

MDR dijo...

En todas las instituciones hay normas que cumplir, hasta en la propia casa.
A la Iglesia la atacan porque es una institución recta, gracias por tu post, porque mucha gente se deja engañar de lo que publican algunos que estan en su contra.
Bendiciones Arcen!!

Rafael Hidalgo dijo...

En mi caso, he de reconocer que para ver incumplimientos normativos no tengo que mirar afuera, yo mismo dejo de lado las normas fundamentales de la casa: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a mí mismo.

Momentos dijo...

Eres muy valiente, mostrando en público tu manera de pensar. Te felicito.

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