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Con esto de la JMJ, al menos entre los -ateillos- de mi entorno, percibo cierto revuelo.
Algunos..., aprovechando la coyuntura agosteña prefieren huir a otros "paraísos" vacacionales como ninots huyendo de la quema.
Otros, sin embargo, encaran las Jornadas como un motivo más para justificar sus descreencias.
Estos, últimos más valientes y menos avestruces, que los primeros, también son los más combativos, pero quizás son los más propicios para hacer con ellos, un buen apostolado.
Aunque son, en la mayoría de las casos, portavoces fieles de rancias consignas sinrazonadas, al menos..., no eluden la confrontación, por tanto, algo se puede sembrar en esas almas, aunque no se vea fruto inmediato alguno.
Creo que este hecho es uno de los primeros provechos invisibles de la JMJ, que aún sin comenzar...., ya está removiendo conciencias.
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Hace unos días, un amigo de estos que tienen muy a gala, no creer en nada, me planteaba una cuestión.... ciertamente espinosa, pero muy interesante.
La conversación, como siempre pasa con estas cosas, comenzó por temas triviales y luego, poco a poco, acabó desembocando en profundos temas, a caballo entre la filosofía y la teología.
El detonante fue un tema recurrente en este tipo de diálogos. El dolor, la enfermedad y la muerte:
"Si DIOS es tan bueno y justo... ¿por qué permite tantas penas?; ¿por qué no nos libra, a nosotros sus hijos.... de tanto sufrimiento?"
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La acusación viniendo de un ateo, puede sonar demagógica, sin embargo, si ese -ateo-, es además amigo del alma...; puedo aceptar que esa recriminación esconda un oculto pero sincero deseo de saber. Así que, por esa amistad y por la caridad debida, la contestación, no puede eludirse.
Por supuesto, un católico de a pié (como yo), no tiene todas las claves, todas las respuestas, pero si que puede y debe decir lo que sabe..., y sobretodo, está obligado, de algún modo, a testimoniar lo que ha vivido, a manifestar lo que siente.
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Ante esa pregunta lacerante, mi contestación no podía ser otra.
Si hay alguien que piensa que por hacerse católico, se va a librar del dolor, de la enfermedad o de la muerte física..., ¡va listo!; precisamente a través del padecimiento de la Cruz se consigue la salvación. La vida, es un vía crucis constante.
Los más grandes santos, fueron grandes sufrientes y por eso son verdaderos maestros en AMOR. El último ejemplo ante el mundo fue el del Beato Juan Pablo II, pero ha habido muchos otros, sin olvidar al Santo entre todos los Santos, Aquel, que tampoco fue "librado" de una Pasión sin precedentes, ni antecedentes.
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¿Como vamos a esperar que DIOS nos libre del privilegio del dolor, si no lo hizo ni Él mismo? Es fácil pensar, cuando se sufre, que DIOS nos puede librar de ese cáliz de penas, pero en este valle de lágrimas..., el cristiano, como hombre que es, no está exento de nada..., no puede estarlo. Las voces de aquellos que no creían le decían a Él, que si era hijo de DIOS se bajase de aquel madero... ¡Él no lo hizo!
Nosotros no podemos, no debemos esperar otra cosa. El dolor es parte del juego, es la antesala del amor.
La visión, la reacción ante el dolor, es lo que nos distingue, no la dispensa del mismo.
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Parece que ese argumento, aun sin reconocerlo, acabó por convencer a mi querido contertulio, o al menos..., en cierta manera le dejaba sin explicaciones rebatibles, por lo que, al cabo de un rato de darle vueltas, el hombre decidió llevar la conversación por otros derroteros, no menos interesantes.
Ahora, el tema se centraba en... el relativismo, tan en boga. Por supuesto, su defensa del mismo, era acérrima. ¡Cuánto daño han hecho todos los filosofitos de salón estos últimos años!
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El pecado de este siglo, ha sido creer que bien y mal no existen, que no hay diferencias, que no hay fronteras...
Poner la duda, de si bien y el mal lo ponemos nosotros con nuestra mirada.
Sembrar el desconcierto sobre si bien y mal solo dependen de un mero aprendizaje cultural....
¿Puede ser que lo malo para nosotros, sea bueno para otros?
¿Existe el mal?; y lo que es más importante... ¿existe el bien???
Y es precisamente ahí, en la resolución de esas preguntas-trampa, donde radica todo, desde donde realmente se puede comenzar un apostolado... efectivo.
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La definición clasicista del santo sabio, Tomás de Aquino, dice que "el mal es la carencia de un bien debido"...; y esto es así, sin embargo no podemos empezar por eso. Muchos, procedentes de una conciencia y un pensamiento tamizados por varias sesiones del "sálvame de luxe", nunca aceptarían tales profundidades. Debemos rebajar un poco el listón, ser más pedestres, ir directamente al grano, o atacar con lo evidente, aunque lo más evidente venga de antiguo y sea desagradable hasta niveles impactantes. ¡A veces.. conviene un tratamiento de choque!
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Me imagino que es de común acuerdo que el dolor, la enfermedad, el asesinato, la miseria, la guerra.... ¡existen!; y además son MALES auténticos...
Pero pongámonos en una situación historicamente... extrema: Recordemos nombres como Dachau, Auswitch, o Treblinka... ¡la solución final!
Incluso los más entusiastas defensores de la no diferenciación entre bien y mal sienten temblar sus esquemas al recordar ese tiempo de ignominia. Al rememorar esa barbaridad suprema.
Cuando uno contempla aquel asesinato sistemático, comprende que el mal existe por encima de todo condicionamiento cultural, de toda concepción filosófica.
Por supuesto que, cuando eso se acepta, se acaba por reconocer que esa supuesta superación del concepto entre bien y mal, es un error mayúsculo.
Sigamos un simple silogismo, si todo es relativo, hasta el mismo concepto de aberración es relativo también. Donde no existe el bien ni el mal, tampoco hay nada que pueda ser considerado como aberración; ni siquiera lo de aquellos malditos campos de exterminio.
Está claro que la idea de construir una ética desde la concepción de esa neutralidad, una gran contradicción. Si no hay diferencias, nada tiene sentido. Si no hay diferencias ahora tampoco puede haberlas después de la vida, por tanto, el supremo concepto de justicia también queda vacío.
Así, a tenor de esa filosofía imperante, el destino que les esperará a aquellos asesinos de Treblinka, será exactamente el mismo que a sus víctimas... ¡el mismo!.
Y si no existe una justicia ni antes, ni durante, ni después de la vida, hemos de admitir que corremos el riesgo de caer en un pesimismo nihilista absolutamente frustrante.
Bajo esa negra óptica distorsionada, vemos como en el tango, todo al revés:
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"Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor."
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En este mundo con banda sonora de arrabal, que cada vez se parece más al nuestro, el egoísta es el más sabio, el vividor hedonista..., el más inteligente.
Y con ese punto de vista, entonces está claro que nunca podremos comprender que un joven muera a los dieciséis años totalmente enfermo, y otro a los ochenta habiendo gozado de óptima salud.
Entonces, claro que no podremos aceptar que el sacrificio tenga sentido alguno.
Entonces, claro que el heroísmo, en cualquiera de sus facetas, lo tengamos por una gran insensatez...
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Sin embargo..., si esas filosofías privan de expectativas al hombre y arrebatan el sentido a la misma vida. Es SOLO la doctrina depositada en la Iglesia Católica romana, la que precisamente da toda esperanza al mundo, la que llena de luz el camino del hombre y la que da sentido a todo, a la existencia actual y a la posterior. ¡Camino, Verdad y Vida!
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Nuestra fe no es mera creencia, es vida.
Nuestra religión no es solo una sucesión de rezos y ritos, es vida.
Una vida humana plena, como decíamos al inicio de este post, no inmune de tentaciones y de enfermedades.
Mi trayectoria particular también está llena de algunos aciertos y de grandes, de enormes errores, pero ahora siempre espero lo mejor del porvenir. Mi alegría, a pesar de los sinsabores que no me faltan, está gracias a DIOS muy arraigada en mi interior, y eso obliga.
Exige el deber de compartir, de transmitir mi testimonio personal, tal y como hice la otra tarde con este buen amigo, que al fin acabó por admitir que en algún momento, dije algo que le hizo pensar...., y ese es un buen inicio, que habrá que rematar, rezando aún más por él..., y por mí.
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El gran acontecimiento de la JMJ, afortunadamente suscitó ese encuentro y esa conversación..., bendito sea DIOS por este regalo que, estoy seguro será el detonante de muchas otras oportunidades como esta que aquí os cuento hoy.
Las Jornadas de Madrid, serán para muchos el banderín de enganche, para otros el impulsor, el trampolín para llegar mejor y más lejos. Por eso, que nadie se equivoque, porque cuando la JMJ eche el cierre (de esta edición española), entonces será ¡cuando empiece TODO!....
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5 comentarios:
Comentar algo en tu blog, seria extensisimo Arcen, comparto todo lo que dices, lo que viene del Espiritu une siempre! cuanta razón llevas: "cuando termine todo es cuando EMPIEZA!" ese es el misterio...critican los que no saben nada de esto, en gastos (¿?) transporte, y un largo etc...pero lo que no saben es de cuantas gracias se van a recibir, ¡millones y millones! y eso es tan grande y valioso que el dinero está fuera de contexto. nosotros a lo nuestro, a recibir aL Papa y a rezar tb mucho por los que nos critican y no entienden nada porque se dejan llevar por el maligno, hoy en dia todavia le siguen gritando al Señor que por qué no se bajó de la cruz, rezo por tu amigo y por los muchos que piensan igual, en el fondo TODOS lo buscamos a El. un abrazo grande y fraterno.
Y así será. El fin es el principio para los afortunados a los que el Señor manda lavarse los ojos a la fuente...
¿Sabes qué te digo? que cuides mucho a ese amigo, que te necesita y busca a Dios en tus conversaciones.
"También tenemos que aprender esto: ver a otros llevar su cruz y no poder retirársela"
Edith Stein
Esta santa convertida sí entendió lo que es el dolor en el mundo.
Me gusta mucho este post, en él tocas los grandes temas que nos preocupan de este mundo que nos ha tocado vivir.
Muchas gracias por tu respuesta, parece que voy mejor y ¡¡qué orgullo de hermano!!
BESIÑOS
Estos días lo he estado pasando fatal con los ataques que sufro por ser católico, de gente que quiero bien. Tu post de hoy te ha quedado bordado, pero no habla de aquellos que se han dedicado a capa y espada a insultarnos. Yo solo rezo, tengo Fe y no me preocupo. Eso decía el Padre Pío. Abrazo.
Ese ateo, con rodeos, trata de decirte lo mismo que aquella mujer le dijo a Jesucristo "...yo quiero de esa agua..." de esa que hace que jamás se vuelva a tener sed.
El mal viene por el alejamiento de Dios, que trae el pecado, el pecado y el mal traen el sufrimiento, Dios permite todo esto porque nos ama, y porque nos ama respeta nuestra libertad.
Nosotros somos responsables del mal uso de nuestra libertad, no Dios.
El más minimo mal permitido por Dios a cada una de sus criaturas, es temporal, a cambio de un bien superior no temporal si no infinito.
Esto le hubiera dicho yo al amigo ateo, que tengo varios.
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