"Cuando los grandes caen, los pequeños ocupan
sus puestos." Aragorn.
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Una vez más..., como olas que vuelven a la orilla,
viene este blog a evocar a mi querido profesor: J.R.R. Tolkien.
Estamos
a punto de que estrenen "El Hobit"
y hay quien, -como un servidor-, anda ya afilando los colmillos para hincar el
diente a esta nueva adaptación de Peter Jackson.
Que buenas y que fieles fueron las películas anteriores.
Fueron tan buenas que, los que ya conocían la trilogía, disfrutaron mucho al
verla plasmada, en imágenes y también sirvió para que, quienes no la hubieran
leído aún se animaran a hacerlo, y esa es una de sus mejores virtudes.
Yo por mi parte, ya ando preparando la nueva peli,
releyendo el primer tomo de la trilogía, "La
comunidad del Anillo". Siempre que se vuelven a leer cosas
buenas, se sacan nuevos provechos y nuevas ideas. En este caso, me voy
centrando en los personajes. Todos están perfectamente definidos y como cada
cual. yo también tengo mis preferidos.
Me
encanta la humanidad de Boromir. Su fragilidad y su generosidad, su capacidad
de caer en la tentación y su disposición presta al arrepentimiento más sincero,
su valentía..., ¡tantas cosas del gran Boromir!
Por
supuesto me gusta mucho el personaje de Gandalf, el de Aragorn, el del Legolas
y ¿como no?, la amistad y fidelidad de los dos hobbits protagonistas, Sam y
Frodo. Y en cuanto a los personajes femeninos...., me quedo sin duda con
Galadriel.
El personaje de Galadriel representa sin duda, la
pureza y la gracia..., lo que pocos saben, y algunos a lo mejor, -sin querer-
intuyen, es que Tolkien tuvo un modelo excepcional para crear este personaje. Al
menos así piensan muchos estudiosos de la obra de Tolkien. Su patrón no podía
ser otro que Nuestra Señora, La Virgen María.
Sin
embargo yo quiero ir más allá, porque creo que TODA la trilogía está influida
claramente por la figura de María.
Veréis porque lo digo.
Una curiosa carta escondida en un libro de
ensayos sobre Tolkien, desvela un esclarecedor pensamiento escrito de Tolkien,
que reconoce sin ruborizarse, que "la influencia
más grande que ha tenido en su vida y en sus escritos es la de la Virgen María".
Siguiendo con la lectura del mismo ensayo,
nos topamos con otra carta, también muy significativa. En esta otra, dirigida por
Tolkien al sacerdote jesuita Robert Murray, le dice que "sobre Nuestra Señora se funda toda mis escasa percepción de
la belleza, tanto en majestad como en simplicidad".
Efectivamente el sí de María, la afirmación que cambia la historia, es un
sí dicho desde el rincón más alejado, en un pequeño poblado pobre, en una
pequeña casa pobre, por una niña. Esa muchacha judía que abre su casa
al Amor, que abre su alma al dolor es el paradigma, es el modelo. Y además es un SÍ triunfante y sacrificado,
por el cual llega la salvación del mundo.
¿No es ese, al fin y al cabo, el
resumen esencial de todo el pensamiento tolkieniano y por ende de su principal
trilogía?..
En la obra de Tolkien triunfa -después de la
lucha- lo simple, la más pura sencillez.
Por todo eso, me atrevo a
afirmar que ese triunfo
incontestable de la humildad, sobre el mal, en "El
Señor de los Anillos", es el reflejo exacto de la figura de
María.
¡Que gran admiración siento por Tolkien!,
que valiente fue y que gran estela de bondades y ejemplos nos dejó
Tolkien es uno de los escritores más
eruditos y al tiempo más leídos del siglo XX. Tolkien es de la excelente camada
de escritores como Chesterton, Claudel, Unamuno o Chesterton; a los que
seguramente les privaron injustamente del Nobel por su condición de católicos.
Imagino a más de uno de esos intelectualillos
de salón, esbozando sus sonrisitas condescendientes a su obra, pero Tolkien
asumía su fe frente a todos, y a mí por eso precisamente me encanta traerlo
aquí en este mes de Octubre que es el Mes del Rosario.
La devoción a Nuestra Madre no se queda en las estampitas, ni el Rosario es cosa de ancianas ignorantes..., para uno de los más grandes autores contemporáneos, María era el motor de su arte, para mí esa es razón suficiente para tener en cuenta su obra y para admirar, aún más, a la persona.
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5 comentarios:
Nunca he leído ni visto esta obra, pero me parece muy interesante lo que dices.
Me quedo con esto, que es precioso y es verdad: "...el sí de María, la afirmación que cambia la historia, es un sí dicho desde el rincón más alejado, en un pequeño poblado pobre, en una pequeña casa pobre, por una niña. Esa muchacha judía que abre su casa al Amor, que abre su alma al dolor es el paradigma, es el modelo. Y además es un SÍ triunfante y sacrificado, por el cual llega la salvación del mundo.
Recuerdo muy bien una conferencia sobre la Virgen María en la Historia del Arte. Del contenido de la conferencia no me acuerdo de nada,nada de nada (no porque fuera mala conferencia, al contrario) pero sí de una anciana que se encontraba a mi lado, y que cada vez que ponían una obra exclamaba, muy bajito: ¡qué guapa! ¡qué guapa! Estaba feliz, y lo decía con tal devoción que contagiaba, me contagiaba. A partir de ese momento ya no me enteré de nada de lo que decía el conferenciante, estuve mirándola por el rabillo del ojo, para que no se diera cuenta, todo el tiempo; me enseñó todo sobre la conferencia. Al finalizar se lo dije y sonrió con inmensa dulzura. La recuerdo siempre y han pasado muchooooos años...Nunca nadie me ha hablado de la Virgen como ella lo hizo, tan humilde y sencillamente.
¡¡¡Gracias!!!
Aunque no estoy de acuerdo con el segundo párrafo de tu entrada, querido Arcendo, (no siempre vamos a estar de acuerdo en todo, ¿verdad? :D), sí que lo estoy con todo el resto. El Señor de los Anillos tiene más de una lectura, más de eso en lo que nos lo quieren dejar al adaptarlo al cine, (como le ha ocurrido a otro grande, aunque no sea católico, C.S.Lewis y sus Crónicas de Narnia, que, en el cine, se han convertido en un producto comercial y han eliminado toda esa Doctrina que se puede encontrar en los libros).
To también estoy esperando por El Hobbit. Espero, deseo, que no me resulte tan decepcionante como la trilogía del Anillo...
Abrazos.
La verdad es que he conocido a Tolkien, por los distintos post que has publicado, resaltando de él muchos valores que me gustan y me han hecho admirarle.
Ahora con lo que cuentas de esas cartas en las que habla de la Virgen María, sólo confirmas su derecho a ser leído, querido y admirado.
BESIÑOS
Buenos días Tolkinianos para tí.
BESIÑOS, DE LUNES CANSADO Y CON RESACA.
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