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Me temo que esto de la crisis económica está dejando en
muchos el poso de la desesperanza, de una amarga sensación de que, el ciudadano
de a pié, tiene poco que hacer...
Creo
que esa incertidumbre es la que está despertando en algunos sectores la impresión
de que el poder popular del voto, sirve para bien poco..., y creo que por eso
empiezan a surgir ciertos movimientos de protesta que cada vez son más
radicales, más violentos, más peligrosos.
Pienso
que lo que hay también, es miedo. Miedo que se escenifica en los mismos que
excitan esas algaradas callejeras y miedo en quienes las sufrimos. Miedo
también y sobretodo en esos políticos -de todas las tendencias-, que miran más
su triunfo en las siguientes votaciones que el cambio real que esta sociedad
necesita.
Como creyente, tengo la certeza de que esta
civilización miedosa, no es el camino. Si después de tantos años de democracia
hemos llegado a esto..., creo que hemos fallado en algo.
Si
tengo que ser sincero he de decir que, aunque echo de menos otros tiempos, en
ningún caso persigo la vuelta al pasado. Esta es una sociedad diferente a
aquella otra en la que, el confesionalismo religioso era oficial, pero ya no es
el caso y además en seguida surgirá la objeción de que estamos en una sociedad
plural en la que caben ateos y agnósticos.
Claro
que sí, la teoría es que debería caber todos, pero... lo que sí hubiera sido
deseable es que, durante todos estos años atrás, hubiéramos creado un modelo de
convivencia en el que, la persona hubiera ocupado el lugar que le corresponde
como criatura de Dios (al margen de cualquier creencia).
Sin
embargo..., esta sociedad con el paso de los años, ha ido perdiendo a DIOS y
con ÉL, el norte...y la razón. En este Nuevo Orden creado al margen de la
religión, tienen cabida todos, pero ahora mismo quienes estamos fuera somos los
creyentes, y así va todo.
Sin embargo, estoy convencido de que somos los creyentes, los que
tenemos la clave.
El
mundo necesita un cambio que empieza por la persona misma. De cara a una
sociedad y unos estados vacíos de ideales, es necesario recuperar la ilusión de
ser personas con la dignidad que nos corresponde, y eso sólo es posible
restaurando la verdad sobre el hombre. Cuando
esto tenga lugar, la consecuencia será la esperada reconstrucción de una
sociedad que respete a todos.
Nuestra responsabilidad de cristianos comprometidos, hoy en día, es
enorme; somos los únicos que podemos sacudir el miedo a
esta empobrecida sociedad.
Juan
Pablo II, nuestro gran guía espiritual del siglo XX, empezó su pastoral con las
palabras que no dejamos de repetirnos... ¡No
tengáis miedo!
Juan
Pablo II siempre alentó la primacía del hombre sobre los medios de producción,
la superioridad del trabajo sobre el capital y la prioridad de la ética sobre
la técnica. En el centro está la dignidad del hombre, que es siempre un fin y
jamás un medio.
Ese mismo es el camino que sigue la Iglesia, gobernada por el
providencial Papa actual. La Iglesia una vez más, además de portadora de la
fé, también es hoy sede de la razón.
Benedicto
XVI, digno sucesor del beato Juan Pablo.., sigue su mismo criterio..: El de la
razón y el de la fé, pero también el del optimismo y el de la confianza
absoluta en DIOS, a pesar de todas las dificultades.
Me ha
gustado mucho lo que dice el Papa en el siguiente vídeo porque corrobora y
reafirma todo lo que hoy quiero expresar. Espero que, al verlo, os anime, os
reconforte, y os "llegue" tanto como me ha llegado a mí.
En este vídeo, el Papa explica porque, a pesar de la crisis, el santo padre tiene tres motivos para ser OPTIMISTA.... Lo comparto:
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En este vídeo, el Papa explica porque, a pesar de la crisis, el santo padre tiene tres motivos para ser OPTIMISTA.... Lo comparto:
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4 comentarios:
Qué bien lo explicas, querido,yo también comparto los tres motivos del Papa. En el fondo del corazón todo el mundo busca a Dios, lo que ocurre que muchos lo buscan por caminos equivocados y ahí es donde nos toca a los católicos dar luz, persona a persona, para que salgan de su error, si no quieren salir que no salgan, pero que al menos vean que hay un camino verdadero que es el único que lleva a la felicidad.
Y que la verdad no envejece es patente, si hubiera envejecido ¿Cómo habría llegado a nosotros el Evangelio?.
Con lo de los jóvenes tengo mis reservas, reaccionan por impulsos que son muy buenos y da la impresión en actos como la JMJ y otros, que van a transformar el mundo, pero ¿Se sabe recoger ese entusiasmo y canalizarlo, quien tenga que hacerlo, en hechos concretos, en vidas ejemplares? No dudo que en muchos será así, aunque a mí me gustaría que se notase más.
Bueno, Arcendo que este post es optimista y vengo aquí a aguarlo un poco.
Por encima de todo, si el Papa lo dice, a mi sólo me queda decir AMÉN.
BESIÑOS, querido hermano y que Nuestra Madre vele tus sueños. Ya me voy para dejarte solo con Ella
Me sigue gustando tu página, lo que dices, y que lo dices asombrosamente bien y lo que dice la Iglesia también.
Gracias Arcen.
Mis humildes oraciones por ti.
DTB!!
Ya no voy a recordar la frase de la Virgen en Fátima "AL FINA MI CORAZÓN INMACULADO TRIUNFARÁ", que aunque aprobadas por la Iglesia no son Dogma de Fe, sino lo que dice en el Apocalipsis, último libro de la Biblia de la que se tiene que cumplir hasta la última coma.
LA VICTORIA FINAL SERÁ LA DEL CORDERO.
Y es que la lucha entre el bien y el mal, es una lucha desigual, porque Dios siempre vence.
Otra cosa es que otros con su libre albedrío no quieran ir a la Gloria de Dios, pero eso es ya cosa de ellos.
(Bruce)
No se puede decir más claro, estoy completamente de acuerdo. Es fundamental creer que podemos llegar a esa sociedad en la que la persona, independientemente de sus creencias, ocupe el lugar que le corresponde como criatura de Dios. Si fuera valorada así, no existirían estos problemas, causados precisamente por obviarlo. Dar la espalda a Dios nos conduce a ninguna parte, a la confusión más absoluta, al poder por el poder, sin más consideración.
No debemos tener miedo ¡claro que no! y seguir trabajando (y sobre todo orando) para que sea, al fin, una realidad.
¡¡¡Gracias!!!
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