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Como el panorama patrio está como para escapar, eso precisamente es lo que vamos a hacer esta noche en este blog.
No es la primera vez que lo hacemos, puesto que nos gusta ver mundo y sobre todo, dar a conocer lugares curiosos, insólitos y bonitos, a través de este gran invento que se llama internet. Pues así ha de entenderse la “escapada”, de forma virtual y momentánea y nunca como una indecorosa deserción.
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En el primero de aquellos periplos, allá por el mes de octubre del pasado año, viajábamos hasta la ciudad colombiana de Zapaquira para penetrar en una maravillosa Catedral subterránea construida bajo una inmensa salina (ver post).
Un mes más tarde, cual Philias Fogg de las redes, cogíamos otra vez modem y mochila, destino a la preciosa Oporto, para conocer “A levraria mais bela do mundo” (ver post); pero desde aquel lejano mes de Noviembre, por hache o por bé, esta "Hoja viajera" se tomó un descanso, que ya es hora de sacudir.
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Y para reemprender la marcha, retomamos a su vez aquel primer “camino de la sal”, y volvemos a las queridas Américas. Esta vez, se trata de lugar extraordinario ubicado a unos 3.650 metros de altura en el Departamento de Potosí, en el Altiplano de Bolivia, sobre la Cordillera de los Andes.
Estoy hablando de “El salar de Uyuni”, que está considerado por sus 12.000 km², como el mayor desierto de sal del mundo. Ya de por sí, esos datos dan cuenta de su importancia, pero lo más sorprendente del caso es que también es uno de los principales destinos turísticos de la zona, son precisamente más de 60.000 personas las que lo visitan cada año, ¡y no es para menos!.
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Es un lugar mágico y sorprendente, de excepcional belleza, andando por esa inmensa salina, se puede decir, al menos visualmente que estamos caminando por el agua, cuando no por el cielo, mismo.
No es la primera vez que lo hacemos, puesto que nos gusta ver mundo y sobre todo, dar a conocer lugares curiosos, insólitos y bonitos, a través de este gran invento que se llama internet. Pues así ha de entenderse la “escapada”, de forma virtual y momentánea y nunca como una indecorosa deserción.
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En el primero de aquellos periplos, allá por el mes de octubre del pasado año, viajábamos hasta la ciudad colombiana de Zapaquira para penetrar en una maravillosa Catedral subterránea construida bajo una inmensa salina (ver post).
Un mes más tarde, cual Philias Fogg de las redes, cogíamos otra vez modem y mochila, destino a la preciosa Oporto, para conocer “A levraria mais bela do mundo” (ver post); pero desde aquel lejano mes de Noviembre, por hache o por bé, esta "Hoja viajera" se tomó un descanso, que ya es hora de sacudir.
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Y para reemprender la marcha, retomamos a su vez aquel primer “camino de la sal”, y volvemos a las queridas Américas. Esta vez, se trata de lugar extraordinario ubicado a unos 3.650 metros de altura en el Departamento de Potosí, en el Altiplano de Bolivia, sobre la Cordillera de los Andes.
Estoy hablando de “El salar de Uyuni”, que está considerado por sus 12.000 km², como el mayor desierto de sal del mundo. Ya de por sí, esos datos dan cuenta de su importancia, pero lo más sorprendente del caso es que también es uno de los principales destinos turísticos de la zona, son precisamente más de 60.000 personas las que lo visitan cada año, ¡y no es para menos!.
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Es un lugar mágico y sorprendente, de excepcional belleza, andando por esa inmensa salina, se puede decir, al menos visualmente que estamos caminando por el agua, cuando no por el cielo, mismo.
Uyuni, es un inmenso espejo, que refleja toda la belleza de esta tierra que Dios nos ha dado.
Pero como siempre pasa, uno no se lo cree hasta que no lo ve, por eso, para terminar este comentario, os invito a “visitar” esta maravilla, a través de los tres siguientes documentos videográficos. Espero que los disfrutéis.
Pero como siempre pasa, uno no se lo cree hasta que no lo ve, por eso, para terminar este comentario, os invito a “visitar” esta maravilla, a través de los tres siguientes documentos videográficos. Espero que los disfrutéis.
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Como colofón, y ya que va de viajes, os dejo con un último vídeo de un señor la mar de “salado”. El tipo por lo que se vé, además de querer emular a Fred Astaire de forma muy discreta, se ha recorrido medio mundo (¡incluido el Salar Uyuni!), para hacer este vídeo, la cosa tiene mérito. Echad un vistazo:
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2 comentarios:
Nunca había oído hablar de este sitio...¿Qué es exactamente?, ¿Por qué brilla?
Respecto al bailarín...si yo pudiera pegarme esos homenajes viajando, también bailaría...jajaja, me ha dado envidia, y creo que no es muy sana.
Besos
Ya veo que te he contagiado la fantástica sensación de viajar sin moverte del sitio. Recuerdo tu maravilloso post de la Catedral de la sal. No sabes la lata que dí en mi casa para que me llevaran a verla in situ, pero no lo conseguí porque les daba miedo que me apresaran los guerrilleros.
Estos videos son preciosos y andar sobre las aguas siempre ha sido la ilusión de mi vida.
El tercero es maravilloso. ¡Qué azules tan lindos!, Además me ha hecho mucha ilusión verte patinar sobre las salinas. Lo haces genial y te encuentro muy favorecido.
El nuevo Fred es relajante y la música me gusta aunque me recuerda un poco a aquel "Cantando bajo la lluvia", parodia con la que te deleité hace tiempo. Los niños que salen son deliciosos.
En resumen que me has hecho pasar unas horas geniales, he disfrutado como si hubiera estado allí y cree que me hacía falta.
Un beso agradecido
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