LIBROS Y TIEMPO...MARIDAJE DIFICIL

.

Dentro de la literatura uno de los géneros que más me apasionan es la ciencia-ficción. Esa fascinación por lo desconocido y lo misterioso me viene desde pequeño, de mis primeras lecturas de Julio Verne, y de las leyendas de nuestro Gustavo Adolfo Bécquer.
Posteriormente, devoré no con menos pasión, a Orwell, Bradbury, Asimov…etc., por no hablar de Poe o Lovecraft, pero estos ya, probablemente tienen otras temáticas.
También en el cine, existen excelentes adaptaciones y guiones originales del género, que me han entusiasmado, sobretodo el "2001" de Clark, llevado al cine por Kubrick, una obra maestra difícil de olvidar.
.
Sin embargo, de lo que hoy os quiero hablar es de una serie televisiva, también de mis años mozos y de un capítulo muy concreto de la misma.
Esa serie que yo veía a hurtadillas, por una rendija de la puerta de mi cuarto, en la tele blanco y negro de mi casa, y que aquí se llamaba “La dimensión desconocida”.
Eran historias cortas, que siempre impactaban y te hacían soñar y preguntarte un montón de cosas.
De aquello, habrán pasado facilmente más de 35 años; a tanto de aquello, después me enteré que se había convertido en una serie de culto, con un montón de secuelas.
Twilight Zone, zona crepúsculo en inglés, fue creada y mayoritariamente escrita (89 episodios) por su narrador y anfitrión, Rod Sterling. (Ver enlace).
¿Quién no recuerda aquello de…”Abramos esta puerta con la llave de la imaginación. Tras ella encontraremos otra dimensión, una dimensión de sonido, una dimensión de visión, la dimensión de la mente. Estamos entrando en un mundo distinto de sueños e ideas. Estamos entrando en la dimensión desconocida.”, locución de apertura, sencillamente ¡fantástica!...
.
Bien pues, de toda esa serie, me acuerdo especialmente de un capítulo que auna mis dos grandes pasiones, el cine y la literatura.

.
El episodio octavo de “The Twilight Zone” nos cuenta la curiosa historia de Henry Bemis, un oficinista bancario, obsesionado con la lectura que nunca encuentra tiempo para leer. Además los que le rodean tampoco le dejan practicar su afición favorita, tanto su jefe como su mujer consideran la lectura una pérdida de tiempo y hacen todo lo posible para evitar que siga con su “ridícula” obsesión.

Una tarde, cansado de tanta persecución, el señor Bemis termina su trabajo y decide encerrarse en la cámara acorazada del banco donde poder leer con total tranquilidad. Sin embargo, mientras se encuentra en el interior de la caja fuerte, sucede algo que cambiará el mundo: una explosión nuclear destruye la vida sobre la tierra y le convierte en el único superviviente.
Desesperado, Henry Bemis pasea entre los escombros de la ciudad hasta que comprende que su vida no tiene sentido. En el último minuto, con una pistola en la mano y a punto de suicidarse, Bemis descubre la existencia de una biblioteca pública con todos los libros intactos, una especie de tabla de salvación que le permitirá conseguir lo que siempre ha soñado. “Al fin, – se dice Bemis – Tiempo suficiente para leer”. Sin creerse aún la suerte que ha tenido, Bemis se dispone a abrir el primer libro cuando, en un gesto inesperado, sus gafas caen al suelo y se rompen en mil pedazos. ¡Es injusto! – grita Bemis horrorizado mientras la cámara se aleja y nos muestra los cientos de libros que ya nunca... podrá leer. (Ver enlace)
.
¿Terrible, verdad?, pero tremendamente imaginativo y con un mensaje único que anima a la reflexión…Que tire la primera piedra, todo aquel, aficionado a la lectura que no se haya imaginado alguna vez en esa situación ideal, un mundo sin interrupciones y con –tiempo suficiente para leer-. … Pues cuidado con lo que se desea, jajaja…
.
Bueno, yo en este punto no quería llegar a tanto, pero si recordaros que… por fín llegó el viernes deseado, antesala de vacaciones; para mí también, no es que me queje, pero me temo que también será el inicio de algunos periodos de ausencia de mis actividades blogueras.
Eso si, antes de estos paréntesis, en los que se avecinan tiempos de oración y de ocio, también quería animaros a sacar unos ratitos para las buenas lecturas.
.
Pronto, este mismo mes, como es habitual coincidiendo con el fallecimiento de Cervantes (22 de abril), se celebrará en nuestro país el tradicional “día del libro”. Pero este año, antes de esa fecha, tenemos la suerte de tener ya, en las librerÍas muchas publicaciones recientes de gran interés y valor; a los que podemos echar mano en estas vacaciones:
.

.
- “El Buen Adiós”. De Jesús Poveda y Silvia Laforet. (Ver enlace).
- “La hija del Ministro”. De Miguel Aranguren. (Ver enlace).
- “Mala tierra”. De María Vallejo Najera. (Ver enlace)
- “Cien palabras de Amor y Libertad". De Santiago Tena. (Ver enlace)
.
Todos estos, estoy seguro, tendrán el espaldarazo en ventas que merecen; porque todas son obras que impulsan a esta sociedad por caminos donde las esperanzas y los sueños se hacen posibles.
De todas maneras, sean estos u otros elegidos por vosotros, mi deseo para estas mini vacaciones, es que alarguéis mucho el tiempo y si queréis, lo aprovechéis con buenos libros. Porque, a pesar del capítulo comentado, recuperar el hábito y el gusto por la lectura, es sin duda, un excelente recurso a la hora de “ganar” tiempo.
.
No me queda mucho más que decir, aprovecho la ocasión para desearos a todos, una muy feliz y provechosa Semana Santa.
Por mi parte,.. intentaré seguir posteando cuando pueda, pero hasta que la parentela no retome el camino de las aulas, no prometo nada....

.

¡¡¡FELIZ MES DEL LIBRO!!!

.

* * *

.
Ahora como es habitual, unos vídeos, que en esta ocasión no serán musicales, sino es el capítulo mencionado ¡¡¡enterito!!!, de “La Dimensión Desconocida”, que ya sea por arte de magía o ignorancia de la SGAE, pulula libremente por el youtube. Por favor, “si tenéis tiempo”, vedlo, es una joyita…

.

La dimension desconocida - Suficiente tiempo al fin 1/3

La dimension desconocida - Suficiente tiempo al fin 2/3

La dimension desconocida - Suficiente tiempo al fin 3/3

* * * * *