CIEGOS

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Hay cosas que me molestan enormemente, y es que alguien, sin autoridad, ni conocimientos, se ponga a dar lecciones de algo que ni sabe, ni realmente siente.
Es de todo punto inaceptable que haya quienes se crean en el derecho de mentir, sin razón, ni razonamientos, por el mero hecho de estar donde están. Y es que este es hoy, el deporte nacional de moda.
Nada tienen que ver los altos cargos que ocupen, ni que sus rebuznos lleguen a muchas cuadras, siguen siendo animales ciegos que guían a ciegos y el batacazo, fruto de la confusión, puede ser de órdago a la grande.
Además la cuestión raya ya en lo insultante, cuando además de criticar duramente, el atacante se muestra ante la opinión pública, como ejemplar miembro del colectivo, blanco de sus furibundas embestidas.
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Resulta, que el otro día, José Bono, Presidente del Congreso de los Diputados, se despachaba a gusto en contra su “muy querida” Iglesia Católica, en una entrevista para Onda Cero:
"La Iglesia tiene derecho a decir lo que piensa pero no a intentar IMPONER lo que piensa”, dijo Bono, sin pestañear, para defender la postura favorable al asesinato de inocentes que promueve su partido.
“Los que hoy hablan de la vida en el ámbito del aborto, callaron ante miles de muertes provocadas de modo ilícito", dijo Bono, refiriéndose a la Guerra de Irak (comodín de batalla de todos estos politiquillos del tres al cuarto).
Tras el misil lanzado, el presidente del Congreso acabó la entrevista asegurando que quiere "pertenecer a la Iglesia y vivir su fe"…. (Ver enlace)
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¡Curiosa manera de vivir la fé!, ¿Cómo se puede pertenecer a ninguna Institución atacando a sus principios básicos? ¿Cómo se puede decir que es Católico, quien reniega de la defensa de la vida o quien pone en duda la voz del Magisterio de la Iglesia, del Evangelio y del mismo Vicario de Cristo en la tierra?
Me dá además, que Bono habla a humo de pajas; basta tirar de hemerotecas o rascar un poco en las declaraciones papales o en las emitidas por las distintas Conferencias Episcopales del mundo, en tiempos de la Guerra de Irak, para verificar fehacientemente la postura oficial de la Iglesia ante aquel conflicto:

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“¡Basta de estragos, basta de violencia, basta ya de odio en Irak!", exhortó el Pontífice. Seguidamente instó al pueblo iraquí, "que desde hace cinco años lleva consigo las consecuencias de una guerra que ha provocado el deterioro de su vida civil y social: ¡Amado pueblo iraquí, levanta tu cabeza y sé tu mismo, primero que nada, reconstructor de tu vida nacional!" (Benedicto XVI).
El Papa siempre fue un acérrimo crítico de la invasión de Irak. En una ocasión, antes de la guerra, se le preguntó si sería justo. "Ciertamente no", dijo, y explicó que la situación le llevó a concluir que "los daños serían mayores que los valores que se espera para ahorrar."
"Todo lo que puedo hacer es invitar a leer el Catecismo, y la conclusión parece evidente para mí ..." La conclusión es que él dio en muchas ocasiones: "el concepto de guerra preventiva no aparece en el Catecismo de la Iglesia Católica."
Incluso después de la guerra, el Papa no dejó la crítica a la violencia y al imperialismo: "es derecho resistir a la guerra y las amenazas de su destrucción. Nunca debe ser responsabilidad de una sola nación la toma de decisiones para el mundo." (Ver enlace en inglés).
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En cuanto a la Conferencia Episcopal Española, su postura, como no podía ser de otra manera, se unió estrechamente con la manifestada por el Papa, como se desprende del Documento “La Paz, don de Dios, imperativo moral” (Ver enlace), del que recojo un fragmento de uno de sus puntos: “La paz es posible; las guerras son evitables, pues no son ningún producto necesario del destino ciego, sino que tienen su raíz última en los pensamientos y las decisiones equivocadas de los hombres, que las incitan o las provocan.”
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Así, como se puede ver y estudiar documentalmente, se demuestra que la falta de solidez y la mentira del Presidente del Congreso, es manifiesta. Pero aún hay más que añadir, y en este caso, aunque este feo, me pongo de ejemplo, porque como cristiano de a pié, yo mismo participé activamente en algunas de las propuestas en contra de aquella guerra; como también lo hago, Sr. Bono, para defender la vida inocente, ahora más amenazada que nunca por usted y los suyos. Me parece que ese querer jugar suyo, a dos barajas, Sr. Bono; además de imposible, es cínico y falaz.

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Dice el Sr. Bono, que la “Iglesia impone”, ¡Que alejado está usted de la Iglesia, Sr. Bono! La Iglesia NUNCA impone, siempre propone, y propone a los SUYOS el camino idóneo para alcanzar la santidad, pero nunca estorbando la libertad de la persona, que es también un don sagrado de Dios.
¡Cree el ladrón que todos son de su condición! Ustedes son los que imponen, no la Iglesia.
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Como dijo también el Papa, “existen potencias empeñadas con todas sus energías a quebrantar los cimientos de la sociedad para cambiarla de raíz”. Potencias políticas e ideológicas como las que usted defiende Sr. Bono. Sus IMPOSICIONES son evidentes:

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Apartar a los padres en su tarea de formar a sus hijos, inculcándoles una moral y una sexualidad perversas a través de sus asignaturas de diseño. Padres a los que se les impone el silencio bajo amenazas curriculares u a los que se les obliga, por ley, a no poder actuar, ni siquiera, contra el aborto de sus hijas menores…, Por ahí empieza todo, Sr. Bono, por ahí, también ACABARÁ TODO.

Usted, desgraciadamente, está ciego, lo malo es que no tiene cura, porque usted, realmente, ¡NO QUIERE VER!; pero por favor, no confunda, ni arrastre a otros con sus farisáicas mentiras, porque el juicio, al final, será para todos.

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