TIEMPO DE HABLAR.

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Eclesiastés:
3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.”
3:7 “tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar.”
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Es de dominio público que la ofensiva laicista es brutal. Es ya un ataque continuado Y desde todos los frentes.
Como ayer denunciaba Ángelo en su blog (Ver enlace), internet es una de sus plataformas preferidas por la gran afluencia de personas que navegan diariamente por la red, pero también lo hacen desde otros medios, con todas sus armas y sin complejo alguno.
Ante estos ataques, nada neutrales, pues su pretensión es claramente anti cristiana, los creyentes no debemos permanecer, ni ocultos, ni impasibles. Es nuestro deber, plantar cara y devolver la esperanza al mundo.
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En estos últimos tiempos, las embestidas más significativas del monstruo laicista, las están recibiendo en carne propia, algunos de nuestros Obispos. Ellos son el estandarte de nuestra fe y por eso precisamente, sobre estos dignísimos sucesores de los Apóstoles, es donde más cruelmente se están cebando las agresiones.
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En el primero de los casos, el de Monseñor Munilla, entristece pero no sorprende, que muchos de sus atacantes sean, quienes se llaman cristianos y es lamentable, que muchos de estos, además, estén consagrados.
Monseñor Munilla, hasta hace poco, Obispo de Palencia, donde desarrolló una labor pastoral ejemplar, llega ahora a la diócesis que le vió nacer, en San Sebastián, para ejercer su Ministerio con el mismo entusiasmo que lo hizo anteriormente.
El Santo Padre le ha nombrado porque sabe que será un gran obispo en San Sebastián. Las claves de Munilla son la claridad y la fidelidad al mensaje cristiano, solo eso, y no la política, y eso es lo que les molesta.
Parece mentira que unas veces, se acuse a los curas de meterse en política y otras como es el caso, se les niegue, incluso la obediencia debida, por no involucrarse.
Esa farisaica postura, solo es propia de movimientos sectarios, que viven dentro de la Iglesia sin querer dejarla, defendiendo sus errores con actuaciones que rayan lo absurdo y lo ridículo.
La declaración firmada por 85 párrocos guipuzcoanos contra el nombramiento de su nuevo obispo, José Ignacio Munilla es muestra viva, de aquellos ciegos que guiaban a ciegos del relato evangélico.
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Monseñor Munilla es un obispo joven y preparado, con claridad de ideas y con ganas de trabajar, y por eso desde esta Hoja, le apoyamos. De su éxito, que lo tendrá, pues su nombramiento es obra de la Providencia divina, dependerá el futuro de una diócesis que, en otros tiempos, evangelizó medio mundo. Rezamos por él, para que el Espíritu le acompañe durante toda su gestión pastoral.
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El otro asunto es igual de grotesco y en esta ocasión, el blanco de los dardos envenenados, es Monseñor Javier Martinez, Obispo de Granada.
Monseñor Martínez, en su homilía del pasado 20 de diciembre, hacía una encendida defensa de la vida del no nacido, en la que entre otras cosas dijo que consideraba que había «pocas imágenes más tristes» que ver a los diputados «aplaudiendo lo que por fin se ha convertido en un derecho: matar a niños en el seno de la madre».
Se conoce que las verdades escuecen y que el laicismo no perdona. Por eso, los mezquinos son capaces de mentir y tergiversar para incluso, llegar a pedir luego, nada menos que, el encarcelamiento del Obispo, por tal “ofensa”.
Las acusadoras en este caso, han sido grupos feministas granadinos y el clavo ardiendo al que se agarran son ciertas palabras de dicha homilía en las que según ellas, hay motivos suficientes para tachar al buen Obispo de machista, maltratador e incitador de la violencia de género.
Efectivamente, Monseñor Martínez dijo que esta reforma abortista “da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer”; pero no se puede omitir TODO lo que dijo el Prelado, hay que completarlo para descubrir su sentido, porque Monseñor apuntilló… “porque la tragedia se la traga ella”
Lo que ocurre es que estas feministas, tan solo cogen lo que les conviene y ocultan el resto, en un alarde de manipulación sin límites, ni pudores.
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La frase de monseñor Javier Martínez es, precisamente, un reproche a los hombres que abusan de las mujeres utilizándolas, descargando luego en ellas el drama del aborto; y no la manipulación que tan burdamente hacen de sus palabras.
Don Javier dijo algo que debería hacer reflexionar a las abortistas: una mujer que aborta, desgraciadamente se la está tratando como una mujer-objeto, y así lo ven los hombres que se desentienden del hijo y la madre.
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De todas maneras, tampoco extraña este nuevo absurdo de estos grupitos. Desde que hace tiempo ví el titular que expongo bajo estas líneas, ya nada me sorprende. La tontería es tanta que puede llegar a límites insospechados.
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Aún así, todos estos ataques forman parte de lo mismo, de una campaña debidamente orquestada para desprestigiar desde la mentira y el odio, todo lo que sea limpio y bueno.
Como dice Monseñor Martínez, estamos viviendo momentos de oscuridad.
Y por eso ante la Cristofobía imperante, el Amor no puede, ni debe admitir tibiezas, exige el compromiso de la militancia activa, de la oración constante, de la palabra dispuesta, de la corrección fraterna, de la acción.
El camino es arduo, nunca fue fácil proclamar la verdad, nunca fue tarea de cobardes ser su testigo. De hecho, muchas veces el ejemplo de tantos santos heroicos nos ha enseñado que, a veces, fue necesario llegar hasta el martirio e incluso la muerte, para hacer posible el mantenimiento de la Luz en el mundo.
Y eso lo saben bien, estos valientes pastores, el Obispo Munilla y el Obispo Martínez.
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Puede que la hora haya llegado. Puede que la persecución se haya iniciado. Puede que esta tierra, tenga otra vez, sed de sangre de cristianos que riegue sus campos secos; debemos estar preparados y no temer, no debemos amilanarnos, sino confiar, servir y NO CALLAR. Hacer siempre lo que Dios nos pida, porque el primer mandamiento es AMARLE sobre todo y todas las cosas. Dándolo todo, sin escatimar nada en su defensa.
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-“espartano”
-¿mi señora?
-vuelve con tu escudo.... o sobre él” (300. Frank Miller)
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De momento, en este blog, apoyamos a nuestros pastores, nos solidarizamos con ellos y hacemos nuestras, cada una de sus palabras. Como el de esta homilía, ejemplar, que reproducimos aquí y animamos a difundir, porque la aplaudimos y suscribimos en su totalidad.
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Pdta. Unete al grupo de apoyo a Monseñor Martínez en Facebook, creado por Elentir. (Pinchad aquí).

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