UNA ORACIÓN POR EL CRÍTICO.

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Mucho antes del bueno de Miguel Gasset, hace casi tantos años como tengo, en aquella por tantas cosas añorada tele en blanco y negro, había un excelente crítico de cine llamado Alfonso Sánchez.
D. Alfonso en el cine, al igual que Antonio Fernández Cid en el plano musical y Joaquín Soler Serrano en el periodístico, formaron parte de ese excepcional plantel de profesionales que iniciaron esa televisión franquista, hoy tan irrazonablemente denostada.
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De Alfonso Sánchez Martínez, se puede decir que su fama, fue doble, porque además de su sabiduría cinematográfica, que era mucha; D. Alfonso posteriormente sería recordado, incluso después de su muerte, durante mucho tiempo, por su peculiar forma de hablar; el hombre era un poco “tartaja” y eso hizo que durante años fuera el blanco perfecto de humoristas e imitadores;… a veces los hombres somos así de injustos.
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Sin embargo, sería bueno dejar las cosas en su sitio, y para ello habría que ensalzar muy merecidamente a D. Alfonso Sánchez, porque además de ser pionero en aquellas lides televisivas, fue probablemente uno de los mejores de la época.
Este buen crítico, nos abrió a sus lectores en las columnas de los rotativos donde escribió y a sus espectadores a través de la vieja TVE, el fabuloso mundo del séptimo arte. Nos presentó a Hitchcock, Cuckor o Huston, a pesar de su “merma”, con gran facilidad de verbo e intelecto. Nos introdujo en los entresijos de las actuaciones de Bogart, Cooper o Hepburn con criterio y buen gusto.
Toda esa época dorada del cine de Hollywood, bien aderezada con magistrales pinceladas de cine europeo (De Sica, Bergman o Truffaut.. entre otros), tuvieron en España, también su crítico DORADO, un intelectual de lujo que supo transmitir, como nadie y a varias generaciones el amor por el cine.
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El que no lo vivió, no puede contar estas cosas, pero yo las “cuento como pasó”. La profesionalidad y buen hacer de d. Alfonso, demuestra que en aquella televisión franquista también hubo cosas muy buenas y si a alguien no le gusta, parafraseando a Reth Butler, le diré “Francamente, querida…, me importa un bledo”.
Ya sé que en el post anterior prometía mirar al futuro; pero hay cosas que no se pueden olvidar para construirlo dignamente, y en este caso televisivo, si tuviera que elegir entre Belén Esteban y Jorge Javier Vázquez, y el gran D. Alfonso Sánchez, me quedo sin dudar, con aquella creativa y dignísima televisión de antaño.

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Gracias Don Alfonso, por tanto bueno como nos diste, hoy te recordamos en esta bitácora que también es una forma de rezar por tí, con el deseo de que estés en el cielo que te mereces. Amen.

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A falta de algún documento videográfico de D. Alfonso, traigo hoy aquí, una buena muestra de la tele de aquella época. Donde había de todo y mucho bueno.

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El fabuloso "Estudio 1". Una manera excepcional de acercar el teatro al pueblo con los mejores actores que ha habido en la escena española.

"A fondo", el mejor programa de entrevistas de la Televisión. El gran Soler Serrano, su artífice. Por allí pasó la crema de la intelectualidad de la época: Octavio Paz, Uslar Pietri, Salvador Dalí, o Borges, entre otros muchos, dieron a los españoles, lecciones magistrales, con toda libertad.

El recordado naturalista, Rodriguez de la Fuente, precursor de Custeau y de muchos otros, nos enseñó a amar la fauna, como ningún otro. Sus programas "Fauna" y "El hombre y la Tierra", fueron y siguen siendo ejemplo de la mejor televisión, cultural, formativa y muy entretenida.

"Cesta y puntos", presentado por Daniel Vindel era un programa concurso juvenil, donde se ponían a prueba los conocimientos de los escolares de la época. Otro ejemplo de lo mismo.

Y para terminar esta mirada hacía atrás con ternura, el mejor humor, el tandem más inteligente y gracioso que esta televisión ha parido. Con Ustedes, los inefables TIP Y COLL.

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