CON LA FUERZA DE LA FÉ

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Queridos todos…., inicio este comentario, como acabé el anterior… -Gracias, muchas gracias a todos, por soportarme- y además por vuestra cariñosísima e inmediata respuesta.
Por favor, no es para tanto…, veo lógica vuestra demanda y además, resulta que…, ya no estoy de “Rodríguez”, con lo cual la –dosificación-, será obligada.
Lo que quiero ante todo es que nadie se sienta mal, que ninguno se crea señalado. Mi post anterior, solo fue de propio reconocimiento en el exceso y de sincera petición de disculpas…, nunca de reproche. Ninguno/a os lo merecéis, todo lo contrario.
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Dicho esto…, corramos el consabido “estúpido” velo, y ataquemos con empeño este primer viernes de septiembre, que se nos antoja, pletórico a pesar de la adversidad imperante; y quiero empezar así, tan enérgico, porque me parece importante insistir en una idea fundamental que llevo apuntando en posts anteriores, para afrontar todas esas realidades que no nos gustan, ya sea las exteriores, como las que todos llevamos dentro y debemos cambiar. Concretamente este comentario de hoy, vuelve a ir CONTRA el pesimismo y la desesperanza.
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Quiero comenzar lamentando las llamativas declaraciones de Stephen Hawking, ya que este conocido científico, en su último libro “The grand design”, se cuestiona y en cierta manera, niega la existencia de Dios.
Es una pena constatar, que incluso alguien que es, con todo merecimiento, una autoridad en física, no esté libre del pecado de la necedad, ni de la soberbia.
Sería triste comprobar que su enfermedad va a más y ya no controla demasiado; sin embargo yo me atrevo a pensar que todas esas declaraciones, solo sirven al propósito de aumentar su ego y las ventas de su libro; su afán de notoriedad es evidente.
Hace unos meses, Hawking advertía de “que no había que establecer contacto con los extraterrestes, porque seguramente existen” (Ver enlace); ahora dice que Dios no existe.., todo esto es de risa; ¡Viva la seriedad del cienticismo librepensador!
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Sin embargo..., la ventaja que tiene Hawking es fantástica, porque aunque él niegue la trascendencia, la de Dios y por consiguiente la suya, la Superioridad y la posibilidad de llegar a ella, siguen estando ahí. Aunque él no crea en Dios, Dios sigue creyendo en él, y esa es la gran prerrogativa, pero no de Hawking en exclusiva, eso es algo que -GRACIOSAMENTE-, tenemos cada uno de nosotros.
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Claro…, por supuesto, que el mundo está como está, está para que lo cojan con pinzas, digamos que pocas cosas le son propicias al hombre de este siglo, parece que por fin, el hombre tiene todos los argumentos para certificar la no existencia de Dios. Es como si todos los manantiales de aguas limpias se hubieran cegado, como si todas las flores se hubiesen secado…, el alma del hombre, solo recibe ruido y solo en muy pocos casos, es capaz de reconocer el amor, porque el amor, cuya esencia es darse, se ha desnaturalizado.
Ciertamente, es un panorama desolador…, casi apocalíptico. ¿Dónde está Dios? ¿Tendrá razón Hawking?
Y nosotros ¿Qué podemos hacer?, ¿Creer a los pesimistas?, ¿Abandonar.?, ¿tirar la toalla y hundirnos en el pesimismo?
La renuncia a la lucha es el mayor pecado, es un suicidio sin sangre, es la amargura de quien se da por vencido antes de comenzar.
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Contra el vacío, la solución no está en hundirse, sino en llenarse. Hay que vivir y contagiar el entusiasmo de vivir. Creer otra vez en las virtudes, en la belleza, en la bondad, en el amor… en la voluntad por recuperarlas, con toda la alegría.
La gran alegría no decepciona, la alegría vence porque surge de la lucha interior, de la exaltación interior. Hay, pues, que vigilarse, que dominarse, que purificarse, que elevarse; hay que tener el valor de pensar. La valentía de mantener despierta la esperanza, el temor, el amor y la creencia en Dios. Porque es precisamente la razón la que nos lleva a la certeza de su presencia.
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El dolor, la injusticia, la opresión existen. Mientras vivamos este es un Valle de lágrimas, lo que quiero decir es que hay que coger el toro por los cuernos y enfrentarse a la muerte del alma que nos propone este mundo con toda la pasión por la Vida que nos espera.
El modelo sigue siendo Jesús. Sin duda el ser humano que ha vivido más en plenitud, el único siempre vivo y despierto, siempre ardiente y quemante, el único que jamás conoció el aburrimiento, incapaz del bostezo o el desánimo, siempre hasta su muerte, vivió a tope. Su motor…: EL AMOR.
Cada vez más, acabo por constatar lo sinónimas que pueden ser las palabras, Amor y Jesús….

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Queridos amigos, vuelvo finalmente a la pregunta inicial, ¿abandonar…?, ¿tirar la toalla?...
¡Nunca, mientras, ese Dios que VIVE, me de fuerzas e inspiración!, si acaso probablemente los próximos dias, bajaré un pelín la producción, -por falta de tiempo-, pero tranquilos, mi canto de exaltación a la VIDA será el mismo y mi entusiasmo mayor, porque está renovado con la fuerza de la fé. La mía y la de todos mis hermanos que es… ¡Siempre MÁS, es siempre MEJOR!

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