jueves, 2 de septiembre de 2010

UN LUGAR REAL, MÁGICO, SORPRENDENTE, ¡HISTÓRICO!

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Creo que ya os he contado alguna vez que cuando por motivos principalmente económicos, todo hay que decirlo, no tenemos un veraneo familiar playero…., nos lo montamos de excursiones cercanas, que nunca vienen mal, se descubren sitios maravillosos, se aprende mucho y además nos lo pasamos pipa.
Pues bien, allá por mitad de agosto, cogimos carretera y abanico y nos fuimos a pasar el día a El Escorial.
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A estas alturas de la película, a pocos se les escapará que El Escorial es un pueblo muy próximo a Madrid, famoso sobre todo por la menudencia, de haber sido la sede del gobierno del mundo, durante buena parte del siglo XVI.
Resulta que allí…, el buen Rey español Felipe II de Austria, apodado el prudente…, decidió enclavar un Palacio-Monasterio en ese enclave privilegiado de la sierra madrileña, lugar que fue precisamente el motivo principal de nuestro viaje veraniego, además de darnos un buen yantar, como mandan los cánones.
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Por supuesto, al Escorial no es la primera vez que voy, y espero que tampoco sea la última, siempre hay cosas por descubrir…, sin embargo, para mi hijo pequeño, si fue la primera vez…., y la experiencia creo que fue, además de divertida, muy positiva.
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En este punto he de recomendar un truco que practico y que me da muy buenos resultados a la hora de aprovechar la visita a tope. El consejo es haberse documentado días antes, sobre lo que se va a ver. Cuando se trata de ir con chicos, no hace falta que la información sea mucha, una serie de “pinceladas” y unas cuantas fotos, son ideales para que nos suenen las cosas que ya estamos viendo in situ.
Y el complemento perfecto, si se puede, son las visitas guiadas. En ellas se aprende mucho, incluso de cosas que nunca se ven en los libros. Esas visitas son una gozada sobretodo, como fue nuestro caso, cuando das con una persona amable que además de saber muy bien su profesión, lo vive, ves que le gusta, que te cuenta anécdotas…., ¡que suerte tuvimos!
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Así fuimos viendo, escuchando y disfrutando de las distintas dependencias del Palacio-Monasterio; las habitaciones de Felipe II, las de su mujer o mujeres (se casó varias veces), de sus hijas… etc., esos largos pasillos –donde se paseaba cuando hacia mal tiempo-, pero sobretodo las dependencias que más llaman la atención son la biblioteca, la preciosa capilla y los panteones de reyes y de infantes.
Es y será para mi, especialmente inolvidable, esa visita al panteón de reyes. De las muchas visitas que yo había hecho antes al Escorial, nunca antes había visto esta parte, y el verme rodeado textual y verdaderamente por los huesos de casi todas las cabezas coronadas que en España han sido, me pareció… sorprendente.
Del de infantes, la tumba de D. Juan de Austria, destaca por su belleza.
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Como os digo, gracias a esa maravillosa guia, la visita se hizo muy amena. Todas las anécdotas fueron interesantes, todas las leyendas que contó fueron impactantes. Especialmente la presencia del monje que recorre las estancias de palacio y la del perro fantasmal por los alrededores. Además hay otra, la mar de curiosa, también sobre el alma de Felipe II.
Al final, lo que te queda es la idea, no ya de que ese sea un lugar mágico, al estilo Howarts de Harry Potter, pero sí, que este es un sitio con una gran fuerza, con muchísima energía, con una belleza total.
También he de deciros que alguno de los cuadros de El Bosco son impresionantes…, tal y como nos hizo advertir la guía, parece que te miran, ves totalmente lo que representa cada rostro, la sensación de alegría, dolor, miedo…. En definitiva, ¡hay que verlo!
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Otra de las cosas que quiero resaltar del interior de este singular edificio, es que es más Monasterio que Palacio. Sorprende y llama la atención la sencillez con la que el mandatario del mayor imperio que hubo en la tierra, el único que no se ponía el sol, quisiera vivir su –grandeza- de una forma tan austera, con tan pocos lujos.
Tanto es así que ya para casi terminar, quiero dejar plantada mi GRAN admiración por Felipe II.

La tremenda sinrazón y falsedades crearon la famosa leyenda negra. Esos mismos enemigos que forjaron ese mito, retrataron a Felipe como un monstruo fanático, despótico y cruel. Yo sin embargo quiero quedarme con el inmenso orgullo que tengo por la historia de mi patria.
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También, definitivamente me quedo, con ese siglo de oro del arte, de la literatura, de la mística, de las conquistas, de la colonización, de la cristianización y de la historia.
Un siglo español, en el que mucho o todo, tuvo que ver, este buen Rey que levantó el Escorial, que yo he tenido la suerte de visitar con mi familia este verano.

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9 comentarios:

Militos dijo...

Protesto enérgicamente, no porque lo pasaséis tan bien en El Escorial, sino porque así no hay manera de seguirte, jaja...

me voy a terminar la comida.

¡¡VOLVERÉ!!
BESIÑOOOOS

Anónimo dijo...

Cuando era niña y vivía en Madrid lo visite varias veces, el año pasado fue una de las visitas que realizamos dentro de nuestro espacio vacacional dedicado a la cutura.
Personalmente me quedo con la sala de las batallas que para muchos pasa inadvertida en la visita y por supuesto con la biblioteca , es una maravilla poder contemplar parte de las cántigas de Alfonso X el sabio o los códices (Albeldense y Emilianense)o las obras manuscritas de Santa Teresa d eJesús... en fin una maravilla.Un saludo!

Magicomundodecolores dijo...

Me encanta que hables de ese viaje, pues yo me voy a coger unos días en octubre y quiero hacer un recorrido por España, en plan coche-hotel/motel-gastronomía-Historia. Mi Antonio está muy embullado porque no conoce Toledo y es uno de los lugares que queremos visitar. Yo soy de la opinión de que hay que conocer España, que es un país repleto de historia, tradición y cultura, antes de salir al mundo a conocer otros países.
Espero que me hayas extrañado (después de mi estampida), te pido el Rosario del sábado para el Encuentro/Retiro que va a tener mi grupo de oración, lo necesitamos.
Un abrazo...y pon algunas fotos del recorrido que me quedé con ganas de saber más de ese monumento.
Besitos y bendiciones

Boss dijo...

Arcen eres más prolífico que D. César Vidal.
¿No serás tú uno de sus "negros" que dicen las malas lenguas que tiene?
Vaya tela!

Bueno yo he estado en El Escorial 10 veces en menos de 2 años y eso que me tengo que hacer más de 800 km entre ida y vuelta cada vez.

Habíamos oido hablar de las apariciones de Prado Nuevo de la Virgen a la vidente Luz Amparo Cuevas.Pero entonces no le hicimos mucho caso.

Un día vimos un par de programas de la Noria de tele-5 donde atacaron con saña las apariciones.
Lo típico: Sopena y compañía echando veneno por la boca, enfrente unos contertulios muy buena gente pero argumentando regular y en medio a un Jordi González moderando de una forma totalmente parcial en favor no ya de los excépticos, ójala solo fuera eso, sino de los enemigos de la Iglesia Católica arrasando con toda la Jerarquía desde Rouco hasta el Papa.

Hubo un momento en el que mi hermano y yo nos miramos, y dijimos lo mismo en voz alta "AQUELLO ES VERDAD", y es que con solo ver con qué saña lo atacaban y quienes lo hacían...estaba más que claro que tenía que ser verdad.

Allá cada uno, pero yo personalmente creo en esas apariciones, y para quién vaya a ver el peazo monumento del que hablas, no estaría mal aprovechar y pararse a rezar un poquito a Nuestra Madre en Prado Nuevo. Se puede ir andando de un sitio al otro por lo cerca que están, al que le guste el paseo claro.

Junto al árbol de las apariciones hay un buzoncito azul, allí he metido muuuuuchos sobres con peticiones y luego se han concedido muuuuuchas de ellas.
Ahí queda dicho.

Arcen no has dado ninguna pista de donde disfrutar del yantar ese que mencionas y seguro debió de ser de escándalo.

MDR dijo...

¡Hola Arcen!
Woooow cuantas letras.
¡Te digo que no nos dejas que te disfrutemos a gusto! Ja,ja,ja.
Me gustaron tus dos entradas.
El anterior post me hace pensar que el Amor todo lo puede.
Y en este es bello disfrutar con los demás.
Besos.

Angelo dijo...

Visité el Escorial cuando hice la mili en Madrid (ayá por el 82) me encantó, pero ojalá tenga la oportunidad de volverlo a ver con tu guía. Ya pude comprobar las grandes dotes de Cicerone que tienes en lo poco que pude compartir contigo en el mes de abril.
Bruce: Ni te imaginas la riqueza cultural que nuestro amigo Arcen tiene. Yo me quedo pasmao.
Un fuerte abrazo

Boss dijo...

Suelo echarle un visual todos los días a religiondigital.com y ya que has puesto el enlace por la curación gracias a la caricia de Juan Pablo II, que ya lei en su día por cierto, me he fijado en los comentarios que suelen dejar algunos lectores.
Muchas veces me pregunto si esos comentarios no serán escritos por el mismísimo satanás.
Vaya tela! esa gente ¿no tiene nada mejor que hacer?

Militos dijo...

Bueno, pues tienes razón, la visita con guía ha sido fantástica, El Monasterio es la vez que más me ha gustado y me he enterado de curiosidades que desconocía. Lo que si recordaba era el impacto de la biblioteca.

Por favor, la próxima excursión hazla también con guía ¿Vale?

Buenas noches, señor cultural, mañana vuelvo al campo y me voy pronto a dormir.
Besiños

Sólo decirte que la navegante ya llegó a Melilla y todo bien, a pesar de los vientos y la mar de fondo. Muchas gracias por tu ayuda, querido hermanito.

Motorromero dijo...

Arcen, supongo que conoces la historia de la Sagrada forma del Escorial. Se trata de un milágro eucarístico precioso e impresionante y sin embargo muy poco conocido. Es digno de un post.
Hace años disfruté de un joven guía agustino que me metió por los sitios más recónditos del Monasterio, y pude adorar la Sagrada forma que sólo se expone para ello 2 dias al año. Me contó que en el 36, los 40 agustinos que allí vivían temían con razón la "visita" de milicianos, y por ello, uno de ellos, el más anciano decidió esconder la Sagrada forma. Los temores se cumplieron, llegaron los milicianos y fusilaron a los 40 religiosos en el Patio de los Reyes, pero hubo uno que no murió. Se hizo el muerto y salvó la vida. ¿Quien? Aquel anciano. Nosotros sabemos -me dijo el joven agustino- porqué salvó la vida: era el único que sabía donde estaba la Sagrada forma.
Es una bonita historia.

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