ORAD (en confiada espera(nza))

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Hoy, a las 20:00 h., se hará efectiva la renuncia de Su Santidad Benedicto XVI. Él no abandona, va a permanecer en oración en y por la Iglesia, cumpliendo otra misión, que estoy seguro..., el Espíritu Santo de DIOS le ha encomendado en este momento de su vida. DIOS le bendiga y le guarde.

Su reinado en el trono petrino ha sido laborioso y fecundo. Todavía quedarán años para desgranar la intensa teología de sus discursos y escritos, llenos de riqueza espiritual y de amor de DIOS. Hoy, los hijos de la Iglesia, agradecemos a DIOS este pontificado, y rogamos por la persona que lo ha llevado a cabo con tanta dignidad y valentía.

A partir de ahora..., entramos en un período en el que, -los que confiamos en la oración y sabemos de su eficacia-, también debemos rezar para que el Espíritu Santo ilumine a los Cardenales que elegirán a su sucesor. Orar para que de ese Cónclave inminente, emerja un nuevo pastor bueno que nos de LUZ en esta hora oscura del mundo y nos apaciente de esperanzas y buena doctrina.

Hoy curiosamente, abro la Biblia al azar... y me topo con esto:

Génesis 8, 6-8: "Y aconteció que al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que él había hecho, y envió un cuervo, que estuvo yendo y viniendo hasta que se secaron las aguas sobre la tierra. Después envió una paloma para ver si las aguas habían disminuido sobre la superficie de la tierra..."

¿Que es lo que me dice a mí, este párrafo de la Escritura?

Que .... la sucesión es muy necesaria y que hay demasiados cuervos revoloteando la cúpula de Pedro (a la vista de los medios, está).

Creo que estamos en esos momentos que se anunciaron:

Cuando la Santa Iglesia Católica, reducida a su menor número, como el Arca de Noe; vea sobrevolar el cuervo en su ventana; verá que las aguas del castigo aún ahogan; y que aún deberá sufrir, luchar y -esperar- por el Reino de la Paloma, el Reino del Espíritu Santo, el Reino de María.

De tal modo que para este momento de sombras, pero también de -espera- y esperanza, la Iglesia requerirá de una persona tan santa como la anterior, pero firme y activa, que recorra e interprete los tiempos que se avecinan porque serán muy duros.

Serán tiempos recios, pero no hemos de temer. DIOS que es Padre bueno y todopoderoso, no abandona nunca a sus hijos, y nos proveerá con lo que necesitemos.

"Aunque una madre se olvide de su hijo, yo nunca me olvidaré de ti. Te tengo grabado en la palma de mis manos" (Is 49, 15-16).

Mientras tanto hoy, toca agradecer y rezar, por uno y por otro, por el que se va y por el que llega. Rezar, rezar, rezar mucho...en este AÑO DE LA FE.

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